La organización alerta de la posibilidad de que se desencadene una grave crisis sanitaria
MADRID, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) ha alertado a la comunidad internacional por la falta de apoyo que sufren cerca de un millón de refugiados en Uganda, y ha instado a que se centren los esfuerzos en hacer llegar los suministros ante de la posibilidad de que se desencadene una grave crisis sanitaria debido a la ausencia de recursos, la escasez de los alimentos y las malas condiciones de agua y saneamiento.
"La comunidad internacional ha fallado a la hora de resolver el conflicto en Sudán del Sur y ahora está fallando en ayudar adecuadamente a los refugiados sursudaneses en la región", ha denunciado el responsable de operaciones de MSF para Sudán del Sur, el doctor Leon Salumu, quien ha añadido que "debe cumplir con sus obligaciones y encontrar una manera de prestar servicio de manera adecuada a los refugiados".
En Palorinya, uno de los campos de acogida, el 80% de la población depende completamente del agua proporcionada por MSF, algo que según asegura la organización resulta insostenible. "No se están cubriendo ni tan siquiera las necesidades más básicas de los refugiados", ha explicado la responsable de operaciones de MSF en Uganda, Tara Newell, quien ha añadido que "aunque estamos bombeando y llevando cantidades récord de agua a Palorinya, nuestro esfuerzo no resulta suficiente para abastecer de manera adecuada a toda la población del campo".
Actualmente, Uganda es el país que más refugiados acoge de África, --más de 950.000 refugiados-- lo que supone unas 2.000 personas al día, la mayoría de ellas procedentes de Sudán del Sur. Según informa la ONG, la mayoría de los refugiados viven en asentamientos en los que no se han instalado plantas de agua y tienen que sobrevivir con lo que pueden obtener de algunos pozos y con la asignación de siete litros diarios por persona y día. El acceso al agua en los asentamientos depende de este suministro, que se transporta con camiones cisterna.
El sistema resulta enormemente costoso y a menudo inadecuado, ya que los caminos están en muy malas condiciones y es frecuente que estos se queden bloqueados en el barro mucho antes de llegar a su destino. "Sin una solución a largo plazo y que sea más rentable, la capacidad de los refugiados para seguir adelante se resentirá enormemente", ha advertido Newell. "Su salud también acabará por deteriorarse y su situación se complicará de manera inevitable", ha añadido.
MSF ha comprobado que muchos refugiados se registran en varios asentamientos porque están desesperados por conseguir raciones de comida y agua, tras la reducción en un 50 por ciento de las raciones mensuales distribuidas por el Programa Mundial de Alimentos (PMA). MSF ha denunciado también la mala distribución que se está haciendo de los artículos de primera necesidad, unos kits cuyos contenidos resultan insuficientes e incompletos para satisfacer las necesidades más básicas.
La inseguridad alimentaria ha llevado a que algunos refugiados hayan optado por regresar a Sudán del Sur, a pesar de que la violencia que les obligó a huir del país sigue estando muy presente. "Prefiero recibir un disparo en Sudán del Sur que morir de hambre en Uganda", han asegurado algunos de los refugiados a MSF.
"Los refugiados se están viendo obligados a tener que decidir entre dos opciones igualmente terribles: vivir sin alimentos ni agua o arriesgar sus vidas en medio de un conflicto para poder comer", ha explicado Salumu.
FALTA DE RECURSOS
MSF ha asegurado que con los recursos existentes no es posible atender de manera adecuada al cada vez mayor número de refugiados. "Resulta imprescindible hacer una mejor planificación de los lugares de acogida y asegurar el acceso de los refugiados a servicios básicos como el agua, el saneamiento y la atención sanitaria", ha dicho Salumu.
Las intervenciones sanitarias también se han visto complicadas por la enorme cantidad de requisitos burocráticos para la importación de suministros médicos. Durante dos meses este año, MSF no pudo llevar a cabo actividades médicas tan básicas como la atención de partos de una manera segura, o el tratamiento de enfermedades de los ojos y la piel, ya que sus equipos no disponían de los materiales ni los medicamentos necesarios para ello.
La organización ha pedido al Gobierno de Uganda que acelere la resolución de las solicitudes de importación pendientes y que agilice la importación de artículos sanitarios de emergencia y de suministros médicos.
POLÍTICAS MIGRATORIAS RESTRICTIVAS
MSF ha denunciado que se hayan introducido políticas migratorias y restrictivas en un intento por limitar la llegada de refugiados a sus fronteras y traspasar la responsabilidad a otros países.
Por otra parte, de los fondos que solicitó en su día Naciones Unidas para dar respuesta a la crisis de los refugiados sursudaneses solo se ha aportado un 17% del llamamiento, por lo que se han producido recortes en el 50 por ciento en las raciones de alimentos y agua, una reducción que ha provocado sufrimiento a miles de personas que ya se habían visto obligadas a huir de la violencia de su país.