"El humanitarismo está siendo enterrado junto con los niños que mueren en nuestros centros de tratamiento", lamenta la ONG
MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
Más de tres cuartas partes del estado de Borno, en el noreste de Nigeria y epicentro de la actividad del grupo terrorista Boko Haram y de Estado Islámico en África Occidental (ISWA), no están accesibles para las organizaciones humanitarias debido a las restricciones del Gobierno en el marco de su lucha antiterrorista y a la presencia de los milicianos, lo que está privando a la población de la asistencia que necesitan, según denuncia Médicos Sin Fronteras (MSF).
El Gobierno de Nigeria ha apostado por crear 'ciudades cuartel' en este estado bajo control del Ejército y "los trabajadores humanitarios no podemos acceder a las zonas que están fuera de estas localidades", explica el director de operaciones de MSF, Bertrand Perrochet, que recientemente ha realizado una visita a la zona.
Como resultado de ello, los niños que "están detrás de lo que el Ejército define como líneas enemigas también son considerados como el enemigo en virtud de su localización geográfica", denuncia.
De media, la unidad de cuidados intensivos de MSF en Maiduguri, la capital de Borno, recibe a diez niños gravemente desnutridos, muchos de los cuales "llegan demasiado enfermos y demasiado tarde para salvarlos". Estos niños, destaca Perrochet, "son los que tienen una oportunidad de sobrevivir" ya que los que están en las zonas bajo control de los grupos armados no pueden llegar hasta allí.
"Con condenados como no merecedores de recibir atención y si los trabajadores humanitarios intentan llegar a ellos, podrían ser acusados de 'apoyar e incitar' el terrorismo", lamenta, algo que ya ha ocurrido en los últimos meses con Acción contra el Hambre (ACH) y Mercy Corps, que han tenido que suspender sus actividades.
Sin embargo, defiende Perrochet, organizaciones como MSF "fueron creadas para llegar a todos estos niños" independientemente del lado del conflicto en el que vivan, sin embargo, la postura adoptada por el Gobierno de Nigeria en su lucha antiterrorista está enterrando "el humanitarismo junto con los niños que mueren en nuestros centros de tratamiento".
LA ACCIÓN HUMANITARIA PARA LOGRAR OBJETIVOS MILITARES
Así, el responsable de MSF denuncia la política de "con nosotros o contra nosotros" adoptada por el Gobierno de Muhamadu Buhari, si bien reconoce que es una práctica que también adoptan otros países en su lucha contra el terrorismo, que "intentar usar la acción humanitaria como herramienta para lograr sus objetivos militares".
Del otro lado, reconoce Perrochet, los grupos armados también se niegan a hablar con las organizaciones humanitarias, atacan "indiscriminadamente a civiles" y asaltan centros de salud, además de secuestrar y asesinar a trabajadores humanitarios.
Como consecuencia, "la acción humanitaria se está viendo presionada por todas las partes y es la población necesitada la que paga el precio", incide, recordando que "las guerras siguen teniendo reglas" por mucho que el Ejército nigeriano defienda que "ser neutral no es posible" porque el "enemigo es el mal personificado".
Perrochet también se muestra crítico con la ONU, a la que reprocha que "ha decidido que salvar vidas es valioso cuando de forma simultánea construye el Estado y garantiza la paz", lo que "conlleva a tomar partido". "El mantra de la ONU puede ser 'no dejar a nadie atrás', pero los ojos siguen cerrados a las necesidades de más de un millón de personas que no se encuentran en la parte del conflicto apoyada por la ONU, en nombre de la guerra contra el terrorismo", recalca.
LAS ONG TIENEN QUE TRATAR A QUIEN LO NECESITE
"Los médicos no deberían verse forzados a decidir quién es un paciente bueno o malo. Eso está prohibido por la ética médica y por el Derecho Internacional Humanitario. Nuestro papel debería ser tratar a quien quiera que nos necesite, a través de cualquier línea de frente que los grupos hayan trazado", reivindica el responsable de MSF.
Sin embargo, en la actualidad, "antes de que un médico llegue a evaluar las necesidades de un paciente, un soldado evalúa su lealtad política antes de permitirle acceso a ellos". A esto se suma que personas que tendrían derecho a recibir atención no la buscan por "miedo" a no pasar los "controles arbitrarios" de las fuerzas de seguridad, añade.
En este sentido, Perrochet apuesta porque MSF recupere "el control" de dónde realiza su asistencia médica. "Si no lo hacemos, me temo que estaremos contribuyendo a la muerte del humanitarismo. Entonces, el millón de personas que están fuera de nuestro alcance hoy en día en Nigeria se multiplicará a millones más en las incontables operaciones antiterroristas que se establezcan en el mundo de mañana", remacha.