Recalca que todos los pacientes se encontraban desarmados y que no hubo combates en las instalaciones o los alrededores
MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado este jueves en su informe sobre el bombardeo ejecutado por Estados Unidos contra su hospital en la localidad afgana de Kunduz que pacientes y trabajadores fueron tiroteados desde helicóptero cuando intentaban huir de las instalaciones.
"Pacientes murieron quemados en sus camas, personal médico fue decapitado y perdió miembros, y otros fueron tiroteados por helicópteros cuando intentaban huir del edificio en llamas", ha dicho la ONG.
MSF, que ha recalcado que el documento no es definitivo, ha mantenido en 30 el número de víctimas mortales, entre los que figuran trece miembros del personal, diez pacientes y siete cadáveres no identificados, apuntando que la cifra podría aumentar.
En su documento, ha detallado que en el momento del bombardeo había 105 pacientes en las instalaciones, entre los que figuraban 20 milicianos talibán y tres o cuatro combatientes de las fuerzas gubernamentales.
Asimismo, había 140 miembros del personal de nacionalidad afgana, nueve de nacionalidad extranjera y un delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
MSF ha resaltado que los bombardeos se centraron en el edificio principal, que quedó completamente destruido, mientras que otros edificios resultaron relativamente intactos.
"Ningún trabajador de MSF informó de la presencia de combatientes armados o combates en el interior o los alrededores del complejo hospitalario antes o durante los bombardeos", ha subrayado.
En este sentido, ha recordado que existía un acuerdo con las partes en conflicto para respetar la neutralidad de las instalaciones y que en las mismas se aplicó en todo momento una política de desarme de aquellos combatientes de ambas partes que ingresaran en el hospital.
"Las coordinadas facilitadas a todos los grupos armados fueron exactas, y los equipos de MSF en Kabul y Nueva York llevaron a cabo los contactos necesarios para alertar a las partes en conflicto de los bombardeos", ha agregado.
Por ello, ha manifestado que "un hospital funcional que se ocupa de pacientes, como el de Kunduz, no puede simplemente perder su protección y ser atacado", recordando que "los combatientes armados deben ser tratados sin discriminación y no pueden ser atacados".
"El personal médico no puede ser castigado o atacado por dar tratamiento a combatientes heridos", ha recalcado la ONG, que ha subrayado que el ataque no podrá ser esclarecido hasta que la cadena de mando militar estadounidense no detalle qué llevó al Ejército a bombardear el hospital.
"INTENCIÓN DE MATAR Y DESTRUIR"
En este sentido, el director general de MSF, Christopher Stokes, ha manifestado que, "desde el interior del hospital, la percepción clara es que este ataque se llevó a cabo con el propósito de matar y destruir".
"La cuestión es que no sabemos por qué. No sabemos qué sucedió en el interior de la cabina del piloto que bombardeó el centro sanitario, ni lo que ocurrió en la cadena de mando entre los militares americanos y los militares afganos", ha añadido.
"Están circulando algunos informes en los que se afirma que el ataque a nuestro hospital podría justificarse porque estábamos tratando a los talibán", ha manifestado.
"Recordamos que bajo el Derecho Internacional, los combatientes heridos son pacientes, y deben estar libres de ataques y ser tratados sin discriminación alguna", ha insistido.
Por su parte, la presidenta internacional de MSF, Joanne Liu, ha argumentando que la organización "llevó a cabo su parte del acuerdo: el centro de traumatología de MSF en Kunduz funcionaba a pleno rendimiento, con cirugías en curso en preciso momento de los ataques aéreos de Estados Unidos".
"La política de no permitir la entrada de armas en recintos de MSF --incluido el hospital de Kunduz-- fue respetado. El personal del hospital tenía la instalación totalmente bajo su control antes y en el momento de los ataques aéreos", ha reiterado.
"El ataque destruyó nuestra capacidad para tratar a los pacientes en un momento de mayor necesidad", ha dicho. "Un hospital no puede limitarse a perder su estatus de protección y ser atacado", ha remachado.