La ONG ha atendido a más de 180 heridos tras tres días con "centenares de enfrentamientos" en la capital centroafricana
MADRID, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado este martes que la explosión de violencia que está sufriendo la capital de República Centroafricana, Bangui, está impidiendo que los heridos puedan llegar a los hospitales.
A pesar de "la tensión reinante en toda la ciudad", los equipos de esta ONG "se mantienen activos y atienden a todos los heridos que consiguen llegar hasta alguno de los tres centros" que gestiona MSF en la capital centroafricana.
En un comunicado, MSF ha señalado que, "en los últimos tres días", "se han producido centenares de enfrentamientos, agresiones y represalias en diversos puntos de Bangui".
"La chispa saltó tras el asesinato de un conductor de mototaxi hace unos días, a lo cual se han sumado después varias manifestaciones contra las autoridades y contra las fuerzas armadas internacionales, numerosas barricadas en las calles y el saqueo masivo de edificios y oficinas, algunas de ellas pertenecientes a organizaciones humanitarias", ha relatado.
MSF ACTIVA SU PLAN DE EMERGENCIA PARA ATENDER A LOS HERIDOS
Los equipos de MSF que trabajan en el campo de desplazados de M'poko, en la maternidad del barrio de Castor y en el Hospital General de Bangui activaron su plan de emergencia para responder al flujo masivo de heridos que comenzó a llegar el pasado sábado tras el asesinato del conductor del mototaxi.
En este sentido, la ONG ha explicado que, entre el día 26 y el 28 de septiembre, ha atendido a 181 personas en sus tres centros; 97 de ellas en el Hospital General, que es "uno de los pocos centros de referencia de Bangui con capacidad para tratar casos que requieren cirugía y con traumatismos graves".
"Entre el centenar de heridos que han llegado, unos quince eran casos graves. Otros dos murieron nada más llegar al hospital", ha asegurado Thomas Lauvin, coordinador médico de MSF en el Hospital General de la capital centroafricana. "La mayoría presentaban heridas de bala, pero también atendimos a personas que habían sido heridas con armas blancas y por explosión de granadas. Casi la mitad de los pacientes han necesitado cirugía", ha añadido.
"Nuestras ambulancias no pueden moverse por la ciudad a causa de la inseguridad", ha explicado, por su parte, Emmanuel Lampaert, coordinador general de MSF en República Centroafricana.
"Estamos intentando organizar los traslados y los ingresos de pacientes en taxi, pero por ahora la mayoría de enfermos y heridos tienen que moverse por sus propios medios, ya sea a pie o en moto. Por ejemplo, el día 28 no vino ni una sola mujer a la maternidad de Castor para dar a luz, mientras que en un día normal suele haber hasta 30 partos", ha asegurado Lampaert.
El día anterior, según ha señalado MSF, los heridos del barrio de PK5 --un enclave musulmán y uno de los principales escenarios de enfrentamiento-- y los de M'poko y Castor no pudieron llegar al Hospital General de Bangui, por lo que muchos murieron por falta de atención médica.
"A pesar de que los enfrentamientos son de una enorme intensidad, el número de heridos que llegan hasta nuestros hospitales es extraordinariamente bajo", ha lamentado Lauvin. "Desgraciadamente, creemos que puede haber muchas personas con necesitad de asistencia que no tienen forma de llegar hasta aquí. La inseguridad impide que alcancen las estructuras médicas y nosotros tampoco podemos salir a buscarlos", ha concluido.
MSF ha advertido de que la explosión violenta en Bangui ha provocado un aumento del número desplazados internos que buscan protección. "En Bangui, muchas personas han abandonado sus hogares y se han ido a los campos de desplazados que ya existían en la capital", ha señalado.
El campo de M'poko, colindante con el aeropuerto internacional, también ha registrado la llegada de "varios miles de nuevos desplazados en los últimos días".
MSF lleva trabajando en República Centroafricana desde 1997 y actualmente cuenta con más de 300 trabajadores internacionales y más de 2.000 trabajadores centroafricanos para gestionar sus proyectos en este país. Desde diciembre de 2013, esta ONG ha duplicado su nivel de asistencia médica como respuesta a la crisis, pasando de gestionar diez proyectos a tener un total de 21.