MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado este lunes que cada vez son más los solicitantes de asilo e inmigrantes que acuden a sus instalaciones en la frontera entre Serbia y Hungría para recibir atención médica tras haber sido agredidos presuntamente por las fuerzas de seguridad húngaras.
Desde enero de 2016 a febrero de 2017, MSF ha atendido a 106 personas que presentaban heridas cometidas supuestamente de manera intencionada por las patrullas fronterizas de Hungría.
De acuerdo con la ONG, todos los casos seguían el mismo patrón: heridas por golpes, lesiones provocadas por mordeduras de perros e irritaciones por gas y spray de pimienta. MSF ha denunciado que 22 de los heridos eran menores de 18 años.
"Los inmigrantes y refugiados nos dicen que están siendo golpeados y obligados a tumbarse en el suelo mientras los oficiales de Policía los pisotean con sus botas", ha explicado Christopher Stokes, director general de MSF. "A menudo les confiscan ropas y calzado y deben regresar a Serbia caminando descalzos en medio de la nieve y el frío", ha añadido Stokes, que ha regresado recientemente de Serbia.
"Las vallas, las devoluciones y la disuasión no sólo son actos crueles e inhumanos, sino también ineficaces, y no impiden que la gente cruce. Seguimos pidiendo que se abran canales seguros y legales para quienes buscan protección en Europa", ha señalado el responsable de la ONG.
La noche del 21 al 22 de febrero, según los datos proporcionados por MSF, más 240 inmigrantes y solicitantes de asilo aseguraron haber sido expulsados con brutalidad de Hungría tras intentar cruzar la frontera. Un día después, la clínica de MSF en Belgrado recibió a más de 20 personas que buscaban atención médica después de haber sido golpeadas con dureza.
"Probablemente este hecho represente sólo la punta del iceberg, ya que muchas de las personas que vemos en la frontera, por diferentes razones, no acuden a recibir atención médica para sus lesiones", ha contado Stokes. "Es un ritual de brutalidad que tiene lugar en la propia frontera de la UE orquestado para impedir que la crucen. Es simplemente inconcebible que esto esté sucediendo y los líderes de la UE miren a otro lado", ha reprochado.