MADRID, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) ha elevado a once el número de personas muertas por el ataque perpetrado el martes contra un hospital de la región siria de Idlib, si bien teme que el número de víctimas aumente.
Cuando tuvo lugar el ataque, en el hospital había 25 trabajadores y un número indeterminado de pacientes. El coordinador general de MSF en Siria, Massimiliano Rebaudengo, ha explicado que "los misiles impactaron en el momento en el que se hacía el cambio entre el turno de noche y el de día y el recuento de los pacientes no se había llevado a cabo".
Cinco de los empleados han fallecido y dos continúan desaparecidos, mientras que también se ha confirmado la muerte de cinco pacientes, entre ellos un niño, según un comunicado de la organización. Aún continúan los trabajos de búsqueda entre los escombros del centro.
MSF apoya más de 150 estructuras médicas dentro de Siria, dentro de un soporte que va desde el suministro del material hasta la asunción de gastos. En el caso del hospital bombardeado, Massimiliano desconoce cuál será su futuro: "No sabemos si el centro hospitalario volverá a abrirse en otra ubicación".
La ONG ha denunciado que se trató de un ataque "deliberado" y ha responsabilizado a las fuerzas del régimen sirio o a las de Rusia. Sin embargo, tanto Damasco como Moscú han negado su participación en este ataque e incluso representantes del Gobierno de Bashar al Assad han acusado a la coalición liderada por Estados Unidos.