MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
Hasta 1,5 millones de personas se vieron desplazadas por el conflicto en la región congoleña de Kasai, de las que alrededor de la mitad han regresado a sus lugares de origen, de acuerdo con los últimos datos de la ONU. Quienes regresan, especialmente los que lo hacen a las zonas rurales, necesitan ayuda urgente, ha advertido Médicos Sin Fronteras (MSF).
En opinión del responsable de operaciones de emergencias de MSF, Gabriel Sánchez, la crisis en Kasai, una región del centro-sur de República Democrática del Congo (RDC) que hasta agosto de 2016 se ha visto al margen de la violencia que tradicionalmente azota al país, "ha sido completamente desatendida".
"Las personas que regresan a sus pueblos y aldeas tienen que hacer frente por sí solos a la reconstrucción de sus casas, empezar a cultivar sus campos de nuevo, a menudo sin herramientas adecuadas de labranza, o después de que sus fuentes de ingreso hayan resultado afectadas", ha advertido.
Los equipos de MSF en la región han constatado desnutrición generalizada entre los menores y en algunas zonas, principalmente las más afectadas por el conflicto, hasta el 10 por ciento o más de los niños presentan desnutrición aguda severa, lo que puede causar la muerte. Según las estimaciones de UNICEF, hasta 400.000 están en riesgo de desnutrición.
Los equipos de la ONG han tratado a casi 1.000 niños con desnutrición severa entre junio y septiembre de este año en Tshikapa, la capital de la provincia de Kasai, y las zonas rurales circundantes.
El conflicto, que enfrenta esencialmente a las fuerzas gubernamentales con la milicia local Kamuina Nsapu, ha tenido un fuerte impacto en la atención sanitaria en la región. "La mitad de los centros de salud que hemos visitado en los últimos tres meses han sido saqueados, quemados o destruidos", ha explicado Sánchez, precisando que "algunos están reanudando lentamente su actividad, pero les falta personal médico cualificado, medicamentos y equipo esencial".
Según MSF, aunque la ayuda humanitaria ha llegado a las principales ciudades como Tshikapa y Kananga, muy poca asistencia ha llegado a otros puntos de la región a pesar de que la inseguridad no es ya en problema en muchas zonas desde hace meses.
"Todavía hay comunidades vulnerables en las ciudades principales, sobre todo personas desplazadas que aún no están preparadas para volver a sus pueblos y necesitan atención médica, refugio, alimentos y apoyo para hacer frente a las experiencias traumáticas que han vivido", ha señalado Sánchez.
Sin embargo, el responsable de MSF ha advertido de que "hay una necesidad más urgente de que otras organizaciones desplieguen asistencia en las zonas rurales de Kasai". "La respuesta ha sido demasiado lenta e insignificante para una crisis de esta magnitud", ha defendido.
Los equipos móviles de MSF se están desplazando a pueblos de Kasai para tratar a personas que necesitan atención médica, en particular niños desnutridos, y reabastecer los centros de salud locales con medicinas y otros materiales. Asimismo, apoya un hospital y tres centros de salud en Tshikapa y ha ayudado a abrir diez centros ambulatorios de alimentación terapéutica en la zona periférica rural.