Acusa a las FFAA de Sudán de "bloquear de forma activa la entrega de atención médica a la población" en sus combates con las RSF
MADRID, 15 Nov. (EUROPA PRESS) -
La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) han reclamado el fin de la prohibición a la entrega de material quirúrgico a hospitales de la capital de Sudán, Jartum, en zonas controladas por las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y ha recalcado que pone en peligro la vida de cientos de personas, en medio del conflicto desatado en abril entre el grupo y el Ejército sudanés.
La medida, que está en pie desde principios de septiembre y que fue comunicada a MSF por las autoridades sudanesas el 2 de octubre, tiene como objetivo evitar que militares heridos reciban atención, algo que "va contra las leyes de la guerra", según la organización.
"La prohibición es una táctica implacable que probablemente causará la muerte evitable de cientos de personas en Jartum durante las próximas semanas", ha lamentado la jefa de Emergencias de MSF para Sudán, Claire Nicolet, según un comunicado publicado por la ONG.
"Dos tercios de las cirugías que llevamos a cabo en el Hospital Turco son cesáreas. Durante los últimos dos meses hemos llevado a cabo 170 de estas operaciones y, sin estos procedimientos, muchas de las mujeres y sus bebés recién nacidos habrían muerto", ha explicado.
Así, Nicolet ha sostenido que "las mujeres de parto que necesitan una cesárea ya tienen muy pocas opciones disponibles en Jartum". "Si seguimos con una negativa al permiso de trasladar suministros quirúrgicos a nuestro hospital, pronto no habrá ninguna opción", ha advertido.
La organización ha recalcado que atiende a los pacientes a partir de sus necesidades médicas y ha insistido en que va contra la ética negarse a dar tratamiento a una persona, sin importar si ha participado en combates o si se ha visto atrapada por los mismos.
En este sentido, ha recordado que el bombardeo ejecutado el 10 de septiembre contra el mercado de Gorro dejó 43 muertos y 60 heridos, que fueron trasladados al Hospital Universitario Bashair, donde hubo que poner fin a las operaciones en octubre a causa de la citada prohibición.
A raíz de los incidentes del 12 y el 13 de noviembre, que dejaron un gran número de víctimas, cerca de 130 personas fueron trasladadas al Hospital Turco, donde se realizaron numerosas cirugías que han provocado el agotamiento de la práctica totalidad de los suministros, que ahora no durarán ni un mes.
Por ello, MSF ha advertido de que el centro de operaciones en este hospital podría tener que cerrar también sus puertas, al tiempo que ha incidido en que la prohibición incluye la negativa de entrega de permisos de viaje, que impide el desplazamiento al sur de Jartum de los trabajadores sanitarios sudaneses y extranjeros.
"Hay suministros de MSF y personal preparado y esperando en Uad Madani, a menos de 200 kilómetros de Jartum", ha dicho Nicolet, que ha denunciado que "las Fuerzas Armadas de Sudán están bloqueando de forma activa la entrega de atención médica a la población en su capital".
"A pesar de que muchos departamentos del Gobierno sudanés, organizaciones internacionales y misiones diplomáticas implicadas en la crisis en Sudán han sido informadas de la población, aún no han hecho nada al respecto", ha destacado.
Nicolet ha incidido en que "esta decisión despiadada que deja a mujeres de parto sufriendo, y algunas morirán, como efecto colateral de una política inhumana para provocar que los heridos en combate se desangren hasta la muerte, es atroz y debe ser revertida".
La guerra, que estalló el 15 de abril tras fuertes discrepancias entre el Ejército y las RSF sobre la integración del grupo paramilitar en el seno de las Fuerzas Armadas, que hicieron descarrilar el proceso de transición abierto tras el derrocamiento de Al Bashir después de 30 años en el poder. El conflicto ha dejado ya miles de muertos y más de 7,1 millones los desplazados internos en Sudán, lo que convierte al país africano con un mayor número de desplazados internos de todo el planeta, según Naciones Unidas.