MSF suspende su lucha contra el ébola en Biakato (RDC) por la presencia de fuerzas armadas en instalaciones médicas

MADRID, 24 Dic. (EUROPA PRESS) -

Médicos Sin Fronteras (MSF) ha suspendido sus operaciones contra el ébola en la región de Biakato, ubicada en la provincia de Ituri, en el noreste de República Democrática del Congo (RDC), debido a la presencia de fuerzas armadas en instalaciones médicas, según ha informado este martes la ONG.

El coordinador de emergencias de MSF, Ewenn Chenard, ha explicado que han tenido que tomar esta "difícil decisión" porque ya no son capaces de seguir trabajando conforme a los principios de neutralidad e imparcialidad.

"Lamentamos la decisión, pero la presencia de fuerzas armadas alrededor y dentro de las instalaciones sanitarias de Biakato va contra nuestros principios", ha dicho Chenard en un comunicado.

La ONG ha recordado que el despliegue de seguridad en Biakato comenzó tras los "trágicos sucesos" del 27 y el 28 de noviembre, cuando tres profesionales sanitarios que participaban en la lucha contra el ébola fueron asesinados.

"Somos conscientes de que se necesita una solución para garantizar la protección de la población civil y la seguridad del personal médico (...). Sin embargo, creemos firmemente que la presencia militar en las instalaciones sanitarias socava la neutralidad e imparcialidad de la asistencia médica", ha sostenido Chenard.

El coordinador de emergencias de MSF ha considerado "esencial" que "las instalaciones sanitarias permanezcan libres de armas para que las comunidades puedan sentirse libres de ir y buscar ayuda".

MSF trabaja con la población de Biakato desde 2016. En un principio de encargaba de ayudar a las víctimas de violencia sexual pero desde la última epidemia de ébola, declarada en agosto de 2018, ha ampliado sus trabajos para combatir el virus.

La organización humanitaria ya anunció el pasado 7 de diciembre la retirada temporal de su personal en Biakato debido a las recurrentes amenazas y ataques contra los centros sanitarios.

El ébola se ha cobrado más de 2.000 vidas en RDC durante este año y medio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima en más de 3.300 los casos, lo que sitúa la epidemia como la más grave de la historia en el país africano.