Barco varado del grupo étnico Rohingya y Bangla
REUTERS
Actualizado: jueves, 31 agosto 2017 8:49


COX BAZAR (BANGLADESH), 31 (Reuters/EP)

Veinte rohingya, la mayoría niños, han muerto por el naufragio del bote en el que intentaban llegar hasta Bangladesh huyendo de la ola de violencia en el estado birmano de Rajine, según han informado este jueves las autoridades bangladeshíes.

El jefe de la guardia fronteriza de Bangladesh, el comandante Ariful Islam, ha contado que entre el miércoles y el jueves han recuperado los cadáveres de once niños y nueve mujeres rohingya del río Naf.

Islam ha sostenido que la embarcación con la que intentaban cruzar la frontera recibió varios disparos de la guardia fronteriza de Birmania, lo que causó daños que la hicieron naufragar.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) calcula que unos 18.000 rohingya han escapado desde Birmania a Bangladesh en apenas una semana. Muchos lo han intentado a través del Naf, que sirve de frontera natural.

Islam ha revelado que el miércoles impidieron la entrada al país a 366 rohingya que trataban de llegar en pequeñas barcas de madera.

La ola de violencia se desencadenó el pasado viernes, cuando milicianos del Ejército de Salvación Rohingya de Arakan (ARSA), un grupo armado conocido anteriormente como Aharak al Yaqin que fue creado por los rohingya exiliados tras la crisis de 2012, atacaron varios puestos policiales y una base militar en Rajine.

En respuesta, el Ejército birmano ha puesto en marcha "operaciones de limpieza" para dar con los insurgentes rohingya. Ha evacuado a la población no musulmana de Rajine y registra casa por casa en busca de supuestos milicianos entre esta minoría étnica y religiosa. En total, 117 personas han muerto por la acción de ambas partes.

La situación había permanecido en relativa calma desde el pasado mes de octubre. Entonces, un ataque rohingya contra guardias fronterizos que se cobró nueve vidas entre los uniformados desató nuevos operativos militares que provocaron un éxodo de 87.000 personas hacia Bangladesh.

Naciones Unidas ha condenado la violencia rohingya y ha pedido a las fuerzas de seguridad que den una respuesta equilibrada a dichos ataques. Además, ha subrayado que esta situación podría haberse evitado si el Gobierno de la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi hubiera abandonado la "retórica inflamatoria".

Este es el mayor estallido de violencia desde hace cinco años, cuando los enfrentamientos entre rohingya y budistas --que son mayoría en el resto de Birmania-- arrojaron un balance de más 200 muertos y 140.000 desplazados en la capital de Rajine.

Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine. Son más de un millón de personas, pero el Gobierno birmano no les reconoce como ciudadanos porque considera que son descendientes de inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh.

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