MADRID, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
Al menos cinco personas han muerto en una serie de ataques perpetrados entre el jueves y el viernes en el territorio de Djugu, ubicado en la provincia de Ituri, en el noreste de República Democrática del Congo (RDC).
Fuentes locales han indicado que los ataques han sido llevados a cabo contra las localidades de Maze, Bule y Tchunga y han agregado que entre los fallecidos hay un militar.
Asimismo, han señalado que los ataques se han saldado con al menos tres heridos graves y con varias viviendas incendiadas, tal y como ha recogido la emisora local Radio Okapi.
Por el momento ningún grupo ha reclamado la autoría de los ataques. El presidente de RDC, Félix Tshisekedi, reclamó el martes a una milicia que opera en Ituri que entregue las armas "sin condiciones", en medio del recrudecimiento de la violencia en la zona.
Tshisekedi pidió a las Fuerzas de Resistencia Patriótica de Ituri (FRPI) que "entren al camino de la paz" y subrayó que "no hay ya motivos para organizarse como milicia de autodefensa".
La milicia es sospechosa de estar implicada en los recientes enfrentamientos en Ituri entre miembros de las comunidades hema y lendu, que han dejado más de 250 muertos.
Las organizaciones de la sociedad civil en Ituri denunciaron el 18 de junio que al menos 240 personas han muerto en la ola de violencia que se viene registrando en la zona de Djugu, después de que las autoridades informaran del hallazgo de más de 160 cadáveres.
Según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), más de 300.000 personas se han visto forzadas a abandonar sus hogares por los enfrentamientos interétnicos registrados este mes en Ituri.
El repunte de la violencia en Ituri, escenario de tensiones étnicas desde hace décadas, ha traído a la memoria el conflicto entre los hema y los lendu entre 1999 y 2007 por derechos de pastoreo y representación política, que se saldó con cerca de 50.000 muertos.
Si bien desde entonces hubo una década de tranquilidad, los enfrentamientos entre ambas comunidades resurgieron a finales de 2017 y principios de 2018, con alrededor de 300 muertos antes de la vuelta a la calma.