Actualizado: miércoles, 22 marzo 2017 3:44


MADRID, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -

Dos de los cuatro monitores que fueron rescatados este lunes del correccional Centro Juvenil Etapa 2 de San José Pinula, a unos 20 kilómetros de Ciudad de Guatemala, en el que se ha registrado este fin de semana un motín han muerto por las heridas provocadas durante el incidente, según ha informado el director del centro, Juan Antonio Villeda.

En un principio, las autoridades informaron de la muerte de dos monitores, asesinados por los internos del centro. Posteriormente y tras cerca de 30 horas de negociación, lograron rescatar a los cuatro que quedaban dentro, si bien dos de ellos han fallecido en el hospital general San Juan de Dios.

Villeda ya había informado previamente de que su estado esa crítico, ya que ambos presentaban heridas "potencialmente mortales".

Tras una negociación de unas 30 horas por parte de un equipo de trabajo integrado por miembros de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia (SBS), la Procuraduría General de la Nación (PGN), la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), la Policía Nacional Civil (PNC) y representantes de Naciones Unidas, el motín ha llegado a su fin con el rescate de los cuatro monitores restantes, según informó la Agencia Guatemalteca de Noticias (AGN).

Los internos, amotinados desde el domingo, exigen mejoras en las condiciones de internamiento. El incidente comenzó el domingo por la mañana tras la visita de los familiares de los niños, adolescentes y jóvenes, cuando los reclusos tomaron el control del centro y plantearon sus exigencias, que incluyen el traslado a este centro de miembros de la mara Barrio 18.

El Centro Juvenil no contaba con las condiciones adecuadas para alojar a menores y su cierre fue ya ordenado en 2016 por una juez, pero la orden no fue cumplida por la Secretaría de Bienestar Social, la misma de la que depende el centro de acogida Hogar Seguro Virgen de la Asunción de San José Pinula, donde el pasado 8 de marzo murieron 40 niñas en un incendio cuando estaban encerradas bajo llave. Las niñas habían denunciado abusos.

La orden judicial constata las condiciones infrahumanas en las que vivían los adolescentes, que dormían en el suelo, hacinados muy cerca de los baños. Además se certificaron abundancia de afecciones gastrointestinales

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