MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
Al menos diez civiles han muerto este jueves en una serie de bombardeos achacados a aviones militares rusos contra la localidad siria de Ariha, en la provincia de Idlib (noroeste), uno de los cuales ha alcanzado un hospital.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha indicado en su página web que tres personas han muerto a causa del ataque que ha alcanzado el Hospital de Al Shami, que ha quedado inhabilitado.
Asimismo, otros siete civiles han muerto a causa del impacto de proyectiles en los alrededores de un horno de pan en esta misma localidad, tal y como ha indicado el organismo, con sede en Londres e informantes en el país árabe.
El Observatorio ha detallado que entre los civiles muertos en este último bombardeo hay cinco mujeres y un niño que habían llegado a Ariha como desplazados internos desde Yabal Zauiya.
Tres ataques aéreos de la aviación militar rusa han alcanzado un hospital de la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, dejando inhabilitadas las instalaciones sanitarias, según ha informado el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Los 'cascos blancos', un grupo de rescate que opera en las zonas bajo control rebelde, ha difundido un vídeo en el que se ven los daños que ha sufrido el hospital y una columna de humo saliendo de las instalaciones, tal y como ha recogido la agencia alemana de noticias DPA.
El Ministerio de Defensa de Rusia ha desmentido las informaciones, asegurando que "la aviación rusa no ha llevado a cabo ninguna misión de combate en esta región de Siria". Según Moscú, se trata de una "provocación", informa la agencia de noticias oficial Sputnik.
Las fuerzas del régimen sirio, apoyadas por Rusia y por las milicias proiraníes, han estado avanzando en zonas rurales del sur de la provincia de Idlib desde la última semana. El miércoles, las fuerzas del Gobierno sirio anunciaron la toma de la ciudad de Maaret al Numan, un importante enclave rebelde.
Según el Observatorio, la ofensiva de las fuerzas del régimen que preside Bashar al Assad en la zona, que arrancó el 24 de enero, ha provocado que al menos 75.000 personas huyan de sus hogares hacia zonas próximas a la frontera con Turquía, una región que ya está llena de desplazados y refugiados.
Entre comienzos de diciembre y el 27 de enero, más de 388.000 personas, el 80 por ciento de ellas mujeres y niños, se vieron obligadas a abandonar sus hogares en el noroeste de Siria por los bombardeos, según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas.