MADRID, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Ejército de Burkina Faso ha confirmado este lunes la muerte de ocho militares y 60 terroristas en enfrentamientos registrados el viernes tras un ataque perpetrado por presuntos yihadistas contra una unidad del Ejército en la provincia de Oudalan, situada en la región de Sahel (norte).
Las Fuerzas Armadas burkinesas han señalado en un comunicado que la emboscada, que fue lanzada entre las localidades de Deou y Oursi, se saldó además con tres militares heridos y "muchos" desaparecidos, al tiempo que han recalcado que los 60 terroristas murieron "en una contraofensiva aérea contra columnas enemigas" que intentaban huir.
Asimismo, han resaltado que "saluda la memoria de los soldados que hicieron el máximo sacrificio para liberar el país" y han deseado una rápida recuperación a los heridos, antes de asegurar que "las operaciones continúan". "Todos los medios están activos para encontrar a los militares desaparecidos", han indicado, según ha recogido el portal burkinés de noticias Burkina24.
En este sentido, han trasladado sus "ánimos" a las unidades "implicadas en operaciones de respuesta y búsqueda" y ha pedido a la población "abstenerse de difundir balances que no sean corroborados por constatación alguna sobre el terreno". "Las pruebas que nos impone esta guerra deben reforzar nuestra cohesión y solidaridad, valores que debemos cultivar para liberar nuestro país del yugo de los bandidos armados", han remachado.
Burkina Faso, gobernado por una junta militar desde el golpe de Estado de enero de 2022 contra el entonces presidente, Roch Marc Christian Kaboré, ha experimentado un aumento de la inseguridad desde 2015. La junta está ahora encabezada por Ibrahim Traoré, quien protagonizó en septiembre una asonada que fue considerada un 'golpe palaciego' contra el hasta entonces líder, Paul-Henri Sandaogo Damiba.
Los continuos ataques en el país, obra tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, han contribuido también a incrementar la violencia intercomunitaria y ha hecho que florezcan los grupos de autodefensa, a los que el Gobierno burkinés ha sumado a 'voluntarios'. El deterioro de la seguridad ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.