MADRID, 24 Feb. (EUROPA PRESS) -
Al menos ocho personas han muerto este jueves en nuevos combates registrados entre milicias rivales en la capital de Libia, Trípoli, según ha informado el diario local 'The Libya Herald'.
Los enfrentamientos han sido protagonizados por una milicia local encabezada por Abdul Ghani al Kikli y una milicia de Misrata encabezada por Salá al Burki.
Según las informaciones disponibles, los combates estallaron a consecuencia de los intentos de Al Burki de expulsar a la milicia de Al Kikli del barrio de Abu Slim.
"Es el infierno. Las explosiones son muy potentes. He reunido a mi mujer y mis hijos en una habitación relativamente segura de nuestra casa", ha dicho Kamal, un residente del barrio, en declaraciones al citado diario.
La Guardia Nacional --una nueva coalición de milicias, principalmente de la localidad de Misrata-- se encuentra desplegada en los alrededores de Abu Slim, un barrio clave para controlar la carretera que conecta la capital con su aeropuerto.
Este organismo, que apoya al ex primer ministro Jalifa Gwell, quien en octubre intentó dar un golpe de Estado contra el gobierno de unidad, controla en la actualidad el aeropuerto, así como la citada carretera.
Los apoyos a Gwell fueron limitados en un primer momento, si bien la milicia Sala de Operaciones de los Revolucionarios de Libia le declararon su respaldo posteriormente.
A ella se han unido milicianos leales al gran muftí del país, Sadek al Ghariani, y varias brigadas de la localidad de Misrata. Las tensiones se dispararon a finales de noviembre con el asesinato del clérigo Nadir al Omrani, mano derecha de Al Ghariani.
El gran muftí de Libia ha sido uno de los representantes más visibles al gobierno de unidad, y en marzo emitió una 'fatua' declarando "diez años de yihad" contra estas autoridades.
Al Ghariani cuenta además con el respaldo de la Brigada de Defensa de Benghazi --que le ha jurado lealtad--, contra la que combaten las tropas leales al mariscal de campo Jalifa Haftar en esta ciudad.
La capital ha sido escenario de numerosos enfrentamientos en los últimos meses, y el gobierno de unidad ha ido perdiendo peso a medida que Gwell ha ganado apoyos entre diversas milicias que operan en la zona.
El primer ministro del gobierno de unidad, Fayez Serraj, sobrevivió el lunes a un ataque contra su convoy, en el que también viajaban el jefe del Consejo de Estado, Abdulrahman Sewehli, y el jefe de la Guardia Presidencial, Najmi Nakoa.
La oficina de prensa del Consejo de Estado achacó el ataque a "grupos armados con sede en el (hotel) Rixos", en referencia a Gwell, quien no se ha pronunciado sobre lo ocurrido.
LA INESTABILIDAD EN LIBIA
El gobierno de unidad surgido tras un acuerdo mediado por Naciones Unidas se instaló recientemente a la capital para intentar unificar el país políticamente, aunque por el momento la situación sigue altamente fragmentada.
Este gobierno tampoco ha conseguido imponer su control en el este del país, donde opera otra autoridad enfrentada que no reconoce tampoco su autoridad, y que cuenta con un poderoso Ejército encabezado por Haftar.
La semana pasada, Serraj y Haftar viajaron a Egipto para mantener un encuentro, que finalmente no tuvo lugar debido a la negativa del mariscal de campo a sentarse en la misma mesa que el primer ministro del gobierno de unidad.
Pese a ello, el Ejército de Egipto afirmó que tanto Serraj como Haftar habían acordado celebrar elecciones parlamentarias y presidenciales en 2018.
En este sentido, detalló que, además del acuerdo sobre la convocatoria de elecciones, se pactó la creación de una comisión conjunta de miembros del Parlamento con sede en Tobruk y con el Consejo Presidencial --órgano del gobierno de unidad-- para enmendar el acuerdo político alcanzado en 2016 con mediación de Naciones Unidas.
Asimismo, afirmó que "todos los que ocupan posiciones clave en Libia permanecerán en sus cargos hasta el fin del periodo interino y el inicio del nuevo mandato presidencial y del nuevo Parlamento en 2018.
Sin embargo, fuentes cercanas a Haftar recalcaron posteriormente que, si bien Serraj ha expresado su respaldo a la propuesta de convocatoria de elecciones, el mariscal de campo se opuso a ella.