MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Turquía ha elevado este jueves a 34 el número de muertos entre el Ejército y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en la provincia de Hakkari (sureste), detallando que entre las víctimas figuran ocho miembros de las fuerzas de seguridad --seis soldados y dos guardias comunales-- y 26 milicianos.
El Ministerio del Interior ha indicado en su comunicado que los combates se han saldado con la muerte de ocho miembros de las fuerzas de seguridad y siete milicianos, mientras que los otros 19 han muerto en bombardeos cuando intentaban huir de la zona.
El Estado Mayor del Ejército turco ha afirmado que los enfrentamientos estallaron después de que los milicianos del PKK "intentaran infiltrarse en territorio turco (desde Irak) aprovechando las malas condiciones climatológicas".
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha condenado lo sucedido, prometiendo que Ankara "se vengará". "Continuaremos nuestra lucha hasta que eliminemos a todos esos terroristas", ha dicho.
En esta línea se ha expresado también el primer ministro, Binali Yildirim, quien ha recalcado que "no importa lo que intenten hacer ni cuál sea el enemigo de Turquía, la nación y los que intentan amenazar su libertad (...) verán la respuesta que llegará".
"Nuestra determinación en la lucha contra el terrorismo, que es un asunto de supervivencia para nuestra nación y el país, se incrementará", ha remachado, según ha informado el diario local 'Hurriyet'.
Por otra parte, el Ministerio del Interior ha anunciado la muerte de otros 20 presuntos milicianos del PKK en operaciones en las provincias de Tunceli y Sirnak, sin informar sobre bajas entre las fuerzas de seguridad en estos casos.
El Gobierno de Turquía considera al PKK como una organización terrorista. El Ejército turco ha intensificado sus operaciones contra la guerrilla kurda tanto en el país como en el norte de Irak desde que quedó roto el alto el fuego entre ambas partes en julio de 2015.
A partir de entonces se han reanudado los enfrentamientos, combates y ataques, en una región ya marcada por la violencia de la guerra de Siria y las acciones de Estado Islámico en este país y en Irak. Más de 40.000 personas, en su mayoría kurdos, han muerto desde que el PKK se alzó en armas contra las fuerzas gubernamentales turcas en 1984.