Columna de humo tras un bombardeo del Ejército de Israel contra la localidad de Kafarkila, en el sur de Líbano (archivo) - Europa Press/Contacto/Taher Abu Hamdan
El Ejército israelí afirma haber atacado un "complejo" del "sistema de defensa aérea" de Hezbolá en Najariye
MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Al menos tres personas, entre ellas dos niños de nacionalidad siria, han muerto este viernes en un nuevo bombardeo ejecutado por el Ejército de Israel contra un vehículo que circulaba en los alrededores de la ciudad libanesa de Najariye, situada en el sur de Líbano.
Según las informaciones recogidas por la agencia estatal libanesa de noticias, NNA, los tres ocupantes del vehículo, un libanés y dos niños sirios, han muerto en el ataque. Asimismo, otro misil ha impactado en la localidad, si bien no ha llegado a explotar.
Posteriormente, el partido-milicia chií Hezbolá ha anunciado la muerte de uno de sus miembros, identificado como Husein Jader Mahdi, alias 'Abú Jader' y residente en Najariye, si bien no ha especificado si ha fallecido en el ataque, tal y como ha informado la cadena de televisión Al Manar, vinculada a la formación.
El Ejército de Israel ha indicado en un comunicado publicado en su página web que el ataque ha sido lanzado contra "una infraestructura" en la que "operaban terroristas de la organización terrorista Hezbolá". Así, ha manifestado que estos "complejos" eran usados por "el sistema de defensa aérea de Hezbolá" y "suponían una amenaza a los aviones israelíes".
"El sistema de defensa aérea de la organización opera en un ambiente civil, lo que supone un riesgo para las vidas en el sur de Líbano. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no tolerarán una violación de la libertad de operaciones aéreas y actuarán con ataques ante cualquier amenaza", ha advertido.
Por último, el Ejército de Israel ha "advertido" a los ciudadanos libaneses que "no cooperen con Hezbolá". "Al hacerlo, se ponen en peligro", ha zanjado, en el marco de los enfrentamientos desde hace más de siete meses con el grupo libanés al hilo de los ataques perpetrados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que se saldaron con cerca de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados, según las autoridades de Israel.