MADRID, 14 Sep. (EUROPA PRESS) -
Una mujer libanesa ha irrumpido este miércoles con una pistola de juguete en un banco en la capital de Líbano, Beirut, para reclamar a la entidad la entrega de sus ahorros argumentando que los necesita para pagar el tratamiento oncológico de una familiar, ante el bloqueo a la retirada de fondos de entidades bancarias en el país.
La mujer, una activista identificada como Sali Hafez, ha entrado en una de las sucursales de Sodeco en la capital, tomando como rehenes a varios de los presentes y amenazando con prenderse fuego si el banco se negaba a devolverle sus ahorros para pagar el tratamiento a su hermana, tal y como ha recogido la agencia estatal libanesa de noticias, NNA.
Hafez ha retransmitido sus acciones a través de la red social Facebook, donde se aprecia cómo pide al banco que le devuelva su dinero para pagar el tratamiento de su hermana, "que tiene cáncer y se muere en el hospital". "Estoy aquí para reclamar mis derechos", dice en el vídeo. Tras ello, ha huido a través de un agujero en una pared de cristal.
Posteriormente, la mujer ha relatado ante la prensa libanesa que ha recuperado entre 13.000 y 20.000 dólares que su familia había ingresado en el banco. Testigos presenciales citados por el diario 'L'Orient le Jour' han asegurado que la activista incluso se ha rociado con combustible amenazando con prenderse fuego si no se aceptaban sus demandas.
La mujer ha estado acompañada durante el acto por decenas de activistas, en un suceso que ha tenido lugar horas antes de la irrupción de otro hombre en otro banco libanés en Aley para reclamar la entrega de sus ahorros. El hombre ha sido arrestado, sin que por el momento hayan trascendido más detalles sobre el incidente.
Asimismo, el 11 de agosto un hombre armado retuvo durante horas a varios empleados y clientes de un banco en Beirut para intentar lograr retirar la totalidad de sus ahorros. El hombre, que fue finalmente detenido, recibió el apoyo de decenas de personas que se movilizaron en los alrededores del banco como gesto de solidaridad.
Los bancos libaneses han impuesto desde 2019 duras restricciones a la retirada de divisas extranjeras ante la grave crisis económica en el país, lo que ha provocado sobre el papel un impedimiento para que muchas personas puedan retirar sus ahorros, en un momento en el que cerca de tres cuartas partes de la población han caído por debajo del límite de la pobreza.
El país se encuentra sumido en una grave crisis desde hace años, situación ahondada por las explosiones de agosto de 2020 en el puerto de la capital, Beirut, la pandemia de coronavirus y la situación a nivel político, con unas tensiones que han tenido paralizado el Gobierno durante meses.
Además, la libra libanesa se está desplomando durante los últimos meses, en una crisis que llevó al Banco Mundial a afirmar en junio de 2021 que esta última es una de las peores registradas a nivel mundial desde mediados del siglo XIX, con una caída drástica de cerca del 40 por ciento de PIB per cápita desde 2018.