AHMEDABAD (INDIA), 3 (Thomson Reuters Foundation/EP)
Ramilaben Arvind, responsable de la organización comunitaria de los suburbios de Ahmedabad, una de las ciudades más grandes de India, tuvo que convencer a todos sus residentes para que abandonaran sus casas y se trasladaran a otro lugar ofrecido por el Gobierno durante dos años para que la Administración pudiera reconstruir sus hogares como parte de un programa estatal de mejora urbana.
"Fue difícil. No todo el mundo confiaba en la Cooperación Municipal de Ahmedabad, en la constructora o en mí", asegura Arvind. "Tuve que pasar mucho tiempo con cada uno de ellos pidiéndoselo, suplicándoles e incluso amenazándoles. Incluso les dije: 'si no recibe el hogar que se le ha prometido, se puede quedar con mi casa'", añade.
La casa de Arvind es uno de los más de 3.500 hogares de los barrios pobres de Ahmedabad que han sido reconstruidos como parte del programa estatal para mejorar la ciudad. Al menos 4.000 viviendas de barrios marginales están siendo mejorados a través de una colaboración entre las autoridades locales, las constructoras y la comunidad.
La ciudad de Ahmedabad ha logrado mejorar mediante la participación de los residentes de barrios marginales y las ONG y el aumento de las zonas en las que los constructores pueden edificar, lo que ha permitido que haya inmuebles más resistentes, los cuales se pueden vender a precios de mercado para recuperar los costes.
"Ahmedabad tiene una larga historia de trabajo con las ONG en proyectos de barrios marginales, por lo que es natural que estén involucrados en esto", señala Chirayu Bhatt en el Centro de Planificación y Tecnología del Medio Ambiente. "Ahora, incluso los constructores están comprometidos con las ONG. Esto es útil para que estos proyectos sigan adelante", añade.
Los nuevos apartamentos a los que se mudaron Arvind y sus vecinos tienen 28 metros cuadrado, con dos habitaciones, un baño y una cocina cada uno. Todos los inquilinos recibieron títulos de propiedad a nombre tanto de la mujer como del hombre de la familia, que pueden vender su apartamento 20 años después.
Los apartamentos tienen azulejos de buena calidad, mucha luz natural y grandes pasillos, donde las mujeres descansan por la tarde o hablan entre ellas.
"Es un nuevo estilo de vida para ellos, por lo que necesitan aprender muchas cosas, entre ellas cómo utilizar un ascensor y saber por qué no deben tirar la basura por la ventana", asegura Bharati Bhonsale, un administrador de programas en Mahila Housing Trust (MHT). "Se adaptan muy rápidamente y, con ello, el aumento de sus aspiraciones. Compran un muebles bonitos, una televisión, envían a sus hijos a una buena escuela...", añade.
El MHT considera que las mujeres de los barrios marginales son esenciales para que el resto de residentes permitan las mejoras y la remodelación. La organización entrena a mujeres como Arvind en cada suburbio para que sean líderes de la comunidad. Las educan los derechos sobre el control de las autoridades municipales y las enseñan a completar el papeleo.
"Las mujeres son las más afectadas por la situación de la vivienda, por la falta de instalaciones, por lo que invierten más en cualquier proceso que pueda mejorar su vivienda", señala Bhonsale. "Cuando el proceso implica simplemente la incorporación de instalaciones, las mujeres dice que sí, incluso sin consultar con sus maridos. Cuando se trata de una demolición o una reubicación temporal, los hombres toman la decisión, pero son las mujeres las que les convencen de decir que sí", añade.
Al menos un tercio de la población en India vive en ciudades, de la cual hasta 37 millones de personas vive en barrios marginales debido a la escasez de viviendas asequibles.