MONTEVIDEO 26 Feb. (Reuters/EP) -
El presidente de Uruguay, José Mujica, ha denunciado este miércoles que los exprisioneros de Guantánamo que recibió Uruguay en condición de refugiados "fueron convertidos casi en vegetales" después de haber sido sometidos al aislamiento en la cárcel estadounidense en Cuba.
Uruguay dio refugio en diciembre a cuatro sirios, un palestino y un tunecino, como parte del plan del presidente estadounidense, Barack Obama, de reubicar a prisioneros en su intento por cerrar la cárcel donde cientos de sospechosos de tener lazos con Al Qaeda quedaron detenidos, muchos de ellos sin proceso legal.
Los seis exprisioneros han sido alojados en Montevideo, han recibido decenas de ofertas de empleo y se les han dado clases de español, pero todos coinciden en que aún no están en condiciones de trabajar y otro de ellos reclama una compensación de Estados Unidos.
"Esta es gente que está destruida", ha dicho Mujica, en unas declaraciones a la agencia de noticias Reuters. "Los agarraron en una etapa joven de la vida y los mataron teniéndolos aislados" ha agregado.
Con la ayuda de un organismo internacional ha asegurado que Uruguay les dará un apoyo económico a los exprisioneros. Sin embargo, creía que aunque se los instruyera durante años, los esfuerzos no iban a dar muchos frutos. "Les falta el fuego interior, el afán de luchar por la vida, los han transformado medio en vegetales", ha denunciado Mujica.
Uno de los exreos que cuenta con pasaporte incluso ya pidió irse del pequeño país sudamericano, ha añadido el presidente sin dar otros detalles. "Estamos gestionando en alguna embajada de algún país árabe que lo reciba", ha apuntado el mandatario.
La presencia de los exprisioneros despertó en un principio preocupaciones por la seguridad en muchos uruguayos, como ocurrió también con la controvertida iniciativa de Mujica de legalizar la producción, venta y consumo de marihuana.
RETO A LA LEGALIZACIÓN
Mujica dijo que el mayor reto para el éxito de la pionera iniciativa de legalización es establecer un precio de venta de la marihuana que sea justo y menor al del mercado negro. De esta forma, busca convertirse en una alternativa para combatir el narcotráfico.
"El obstáculo puede estar en las relaciones de precios, de que le llegue a un consumidor a un precio aceptable y que sea bueno", ha explicado a Reuters el mandatario uruguayo, que cree que los productores "van a tratar de tirar para el lado de ganar más dinero, como cualquier negocio".
El precio estipulado de venta al público es de un dólar por gramo de cannabis de buena calidad. Los usuarios registrados en una nómina confidencial podrán comprar en farmacias hasta 40 gramos mensuales, dosificados en un tope de 10 gramos semanales.
La experiencia de Uruguay es seguida de cerca por distintos países del mundo y de la propia región, que busca nuevas alternativas para luchar contra las drogas después de años de combate frontal que no han acabado con el flagelo.