MADRID 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Egipto, Mohamed Mursi, ha reconocido que ha cometido "errores", pero ha instado a la oposición a sumarse a un "diálogo nacional" para solucionar los problemas del país, después de que al menos siete personas hayan muerto y más de 600 hayan resultado heridas en las manifestaciones de este domingo para exigir su dimisión.
"El presidente Mursi anuncia a todo el pueblo egipcio que ha cometido errores y que está intentando solucionar estos errores", ha dicho su portavoz, Omar Amer, en la rueda de prensa que ha ofrecido a última hora del domingo.
Amer ha asegurado que la Presidencia "respeta las demandas de las calles, porque sabe que la escena política en Egipto es cambiante". "Pero ya hay iniciativas cada hora y la comunicación está en marcha", ha considerado.
A este respecto, el portavoz gubernamental ha adelantado que en los próximos días el Gobierno anunciará nuevas medidas dirigidas a los jóvenes egipcios, "ya que representan el 60 por ciento de la población del país".
Interrogado sobre los llamamientos a la dimisión de Mursi, ha reiterado que "la Presidencia está abierta a todas las demandas constitucionales". "Pero se trata de una demanda inconstitucional y, por tanto, inaceptable", ha zanjado.
Amer ha reiterado que Mursi "tiene su mano extendida" a la oposición. "No es mera retórica, como dicen algunos. El presidente Mursi ha dicho continuamente que quiere escuchar a todos con el fin de celebrar un diálogo nacional serio", ha sostenido.
Así, ha instado a "todos los que tengan demandas a sentarse a dialogar". "Si hay una total falta de respuesta, si no hay interés por ninguna parte. ¿Qué se supone que debe hacer la Presidencia?", ha planteado, en declaraciones recogidas por el diario 'Al Ahram'.
Entretanto, ha insistido en que Mursi seguirá haciendo todo lo necesario para garantizar la libertad de expresión mediante manifestaciones pacíficas. En este sentido, ha elogiado "el patriótico papel de las fuerzas de seguridad".
Este domingo, millones de personas se han manifestado en todo el país para exigir la dimisión de Mursi, coincidiendo con el primer aniversario de su llegada al poder, por lo que consideran un giro islamista de su programa gubernamental.
Como se preveía, las manifestaciones se han saldado con graves disturbios en los que al menos siete personas han muerto y más de 600 han resultado heridas, de acuerdo con diversas fuentes. La oposición denuncia que grupos islamistas, supuestamente vinculados a Mursi, han atacado a los manifestantes.