MADRID 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
El bloque parlamentario del Movimiento Al Mustaqbal ha nominado formalmente ese martes a su líder, el ex primer ministro Saad Hariri, para el cargo de primer ministro, abogando por cooperar con el nuevo presidente del país, Michel Aoun.
"El bloque espera resultados positivos de la cooperación entre Aoun y Hariri, en línea con lo contemplado en la Constitución y el Acuerdo de Taif", ha indicado, según ha informado el diario local 'An Nahar'.
En respuesta, el bloque parlamentario Cambio y Reforma, liderado por Aoun, ha anunciado que todos sus miembros votarán a favor de la candidatura de Hariri al puesto de primer ministro.
"Todos nuestros votos serán para Hariri", ha dicho el líder del Movimiento Patriótico Libre (FPM), Yebran Bassil, recalcando que el bloque "estará junto a él ante las dificultades a las que pueda hacer frente".
Las consultas parlamentarias para la elección de un nuevo primer ministro para el país, que serán vinculantes, arrancarán durante la jornada de este miércoles.
El proceso dará su pistoletazo de salida apenas dos días después de la elección de Aoun como presidente, tras más de dos años de vacío en la Presidencia, en gran parte gracias al apoyo final de Hariri a su candidatura.
Los medios libaneses afirmaron que Hariri había alcanzado un acuerdo con Aoun para respaldarle a cambio de volver al puesto de primer ministro del país, que ya ocupó entre noviembre de 2009 y junio de 2011.
La candidatura de Aoun recibió además el apoyo fundamental del partido-milicia chií Hezbolá --que le respaldó desde el principio-- y de Fuerzas Libanesas, cuyo líder, Samir Geagea, fue rival durante mucho tiempo de Aoun.
Geagea fue el candidato al que Hariri respaldó en un primer momento, si bien en diciembre de 2015 pasó a apoyar la candidatura del líder del Movimiento Marada, Suleiman Franjieh, antes de optar por Aoun, en el marco del citado acuerdo.
Los juegos de alianzas políticas en Líbano habían complicado la sucesión de Michel Suleiman, quien abandonó el cargo en mayo de 2014, llevando al país a sufrir el vacío presidencial más largo en su historia, si bien la situación no ha derivado en un conflicto armado, tal y como ocurrió en 1988 y en 2008.
En las dos ocasiones anteriores, las diferencias a la hora de seleccionar al presidente se saldaron con acuerdos regionales, una opción que parecía distante ahora debido a la inestabilidad que sufre Oriente Próximo.
El sistema político libanés contempla que la Presidencia del país debe ser ocupada por un cristiano, mientras que el primer ministro debe ser suní y el presidente del Parlamento, chií.