MADRID, 2 Sep. (EUROPA PRESS) -
La ONU ha acusado este martes al servicio de Inteligencia ruso de torturar a seis personas con la intención de coaccionarlas para que confesaran los crímenes de los que se las acusaba y ha culpado a Moscú de violaciones de Derechos Humanos en la península de Crimea, que, insiste, sigue siendo territorio soberano de Ucrania.
En un informe de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos, a petición del secretario general de la ONU, António Guterres, se pone de manifiesto que ninguno de los agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en ruso) que participaron en estos casos de tortura ha sido llevado ante la justicia, mientras que en los casos en los que las víctimas han denunciado los malos tratos, las investigaciones han sido cerradas.
También se relata en el documento, que analiza la situación de los Derechos Humanos en Crimea, territorio anexionado por Rusia en 2014, cómo en uno de estos casos los agentes de Inteligencia incluso planearon una entrevista en televisión en la que uno de los acusados tuvo que repetir la confesión que previamente había sido presionado a hacer.
Además, Naciones Unidas ha criticado que no se ha avanzado en la investigación sobre los 43 casos de desaparición forzada documentados desde 2014, de los cuales once siguen en paradero desconocido, uno sigue detenido y otro ha sido ejecutado sumariamente tras su desaparición.
Por otro lado, el documento señala la creciente preocupación de la ONU por el "significativo" aumento en el número de detenciones arbitrarias a miembros de comunidades religiosas minoritarias en Crimea y por la práctica de juzgar en ausencia a los opositores, dejándoles sin la posibilidad de una defensa, que se suma a un limitado acceso a representación legal.
Naciones Unidas ha informado sobre las constantes denuncias y quejas de los detenidos, así como de sus familiares y abogados, sobre las condiciones de detención en Crimea, algo que, ha advertido a Rusia, podría incurrir en trato inhumano y denigrante, o incluso tortura.
Por último, ha alertado a las autoridades de Moscú sobre la transferencia de población rusa hacia el territorio de Crimea, algo de lo que Kiev ha acusado en repetidas ocasiones al Kremlin criticando su intención de afianzar el poder de Rusia en el territorio, y ha indicado que se trata de una práctica que no debería promover.