MADRID, 19 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha alertado de la escasa presencia de mujeres en los procesos de paz, una situación que no ha hecho más que empeorar desde el inicio de la pandemia de coronavirus.
Además de esto, Bachelet ha alertado del aumento de acciones encaminadas no solo a silenciar a las mujeres negociadoras, sino también a silenciar las voces de las que sí están presentes.
"Esto nos perjudica a todos (...) Las decisiones sobre paz que no reflejan las voces, realidades y derechos de las mujeres no son sostenibles", ha aseverado la funcionaria de Naciones Unidas ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
En la misma línea, Bachelet ha informado que, entre 1992 y 1999, tan solo un trece por ciento de los negociadores y un seis por ciento de los negociadores y de los firmantes de acuerdos de paz más importantes del mundo han sido mujeres, según datos recogidos por la ONU.
Uno de los países en los que más se pone de manifiesto esto es en Afganistán, donde, según Bachelet, las autoridades y foros locales excluyen a las mujeres, socavando así su capacidad para garantizar un futuro pacífico para la ciudadanía afgana.
Además, ha alertado de que muchas de las mujeres implicadas en la defensa de Derechos Humanos se han visto obligadas a esconderse o huir de Afganistán ante las amenazas recibidas, por lo que ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que insten al régimen talibán a que respete los derechos fundamentales e impulse vías seguras para el reasentamiento de estas mujeres.
Al igual que en la nación asiática, Bachelet ha puesto el foco sobre la región del Sahel o Birmania, donde se han cerrado asociaciones de mujeres de la sociedad civil, y ha lamentado la escalada de violencia contra mujeres en esta zona.
El organismo de la ONU para los Derechos Humanos ha verificado que, superando los datos de 2018 y 2019, en el año 2020 se acabó con la vida de 35 mujeres defensoras de los derechos fundamentales, periodistas y sindicalistas en siete países inmersos en conflictos.
Ante esto, ha defendido que la presencia de mujeres en las negociaciones de conflictos es necesaria para garantizar una mayor variedad de alternativas para unir a la sociedad, a la par que es importante para poder abordar con mayor rigor las causas de los conflicto y su impacto, incluidos los aspectos relacionados con violencia de género o sexual.
En el otro lado de la balanza, Bachelet ha puesto en valor el Acuerdo de Paz de Colombia del año 2016, considerándolo un hito en términos de participación de las mujeres y la inclusión de medidas específicas de género, y ha ensalzado los esfuerzos de la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial para la Paz para promover la participación del sector femenino de la sociedad.
Sin embargo, sí que ha instado a las autoridades de Colombia a que fortalezcan la implementación de medidas de género más específicas en materia de reforma agraria, participación política, garantías de seguridad y otros puntos del acuerdo firmado entre el Gobierno del país y las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En conclusión, Bachelet ha señalado que "la comunidad internacional debe permanecer unida y rechazar los intentos de atacar, silenciar y criminalizar los derechos de las mujeres a defender sus derechos, participar en la toma de decisiones y expresar opiniones discrepantes".
Finalmente, y de cara al futuro, la funcionaria de la ONU ha apuntado a que los mandatos de las operaciones de paz podrían incluir explícitamente disposiciones para la protección de todos los actores de la sociedad civil y los interlocutores de Naciones Unidas contra amenazas y represalias.
"El trabajo de abordar la discriminación, la desigualdad, la negación del espacio cívico de las mujeres y la violencia de género también debe verse como una prioridad para construir la paz", ha zanjado.