MADRID, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno Federal de Somalia y la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) han expresado este domingo su preocupación por el empeoramiento de las condiciones de la sequía que está asolando Somalia, donde más de 50 distritos se enfrentan a una escasez severa, acuciada por la llegada, de abril a junio, de una segunda temporada consecutiva de precipitaciones por debajo del promedio.
Los pronósticos actuales, según la OCHA, indican poca o ninguna lluvia en la mayor parte de Somalia hasta la tercera semana de abril, en un momento en que 116.000 somalíes ya han tenido que desplazarse por la escasez extrema de agua desde octubre de 2020. Con el empeoramiento de las condiciones de sequía y la respuesta de la comunidad internacional limitada por la falta de aportaciones, se esperan altos niveles de desplazamiento de la población en las próximas semanas y meses.
"Para agravar los efectos de las diversas crisis en este país, el apoyo a la población de Somalia este año se necesita ahora más que nunca. Hago un llamamiento a los donantes para que den generosamente y den ahora, para financiar una respuesta rápida de mitigación de la sequía ", ha declarado el ministro somalí de Asuntos Humanitarios y Gestión de Desastres, Jadija Diriye.
"Nos enfrentamos a una inseguridad alimentaria generalizada, malnutrición, desplazamiento de población y enfermedades. Necesitamos fondos ahora para salvar vidas, aliviar el sufrimiento y obtener ayuda antes de que la situación se convierta en una catástrofe total", ha añadido.
Según la OCHA, las condiciones de sequía agregan una capa adicional de complejidad a necesidades "ya sin precedentes", lo que lleva a las comunidades a utilizar mecanismos de supervivencia inseguros, en un momento en que las comunidades ya están luchando con el impacto del COVID-19, la continua plaga de langostas del desierto, el conflicto armado y la inestabilidad política.
El impacto acumulativo es "terrible", según la ONU, ya que el precio del agua se ha disparado un 50 por ciento en algunas zonas"
"Me preocupa profundamente que nos enfrentemos a necesidades crecientes con recursos cada vez menores. Podemos mitigar el impacto de la sequía, pero ahora se necesita una acción urgente e inmediata, aprovechando la experiencia extraída de las graves sequías de 2016 y 2017 ", según el coordinador huamanitario Adam Abdelmula.
Abdelmula ha recordado que "el Plan de Respuesta Humanitaria está financiado actualmente solo con un 4,1 por ciento" y "si bien los trabajadores humanitarios harán todo lo posible para abordar el impacto de la sequía, se necesitan fondos inmediatos para gestionar las vulnerabilidades climáticas cíclicas a largo plazo".