MADRID, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -
La relatora especial de Naciones Unidas, Yanghee Lee, ha denunciado el aumento de la violencia en Birmania por parte de las fuerzas de seguridad y ha advertido de que la normalización de las relaciones con la ONU solo será posible si se produce un "progreso real en los Derechos Humanos".
Tras una visita de doce días a Birmania, cuyo Gobierno no permite la entrada de una misión de investigación de Naciones Unidas, Lee ha denunciado restricciones en su movilidad y acceso a lugares conflictivos y ha pedido que se garantice la seguridad de todas las comunidades musulmanas.
"Se nos pide no esperar que Birmania pase a ser una democracia de la noche a la mañana, que necesita tiempo y espacio", ha señado la relatora, que ha mantenido que, "de la misma manera, Birmania no debe esperar" dejar de estar en el punto de mira de Naciones Unidas rápidamente. "Esto no puede ocurrir hasta que haya avances reales y discernibles en los Derechos Humanos", ha apelado.
Lee ha denunciado que el Gobierno de la premio Nobel Aung San Suu Kyi sigue aplicando tácticas previas a la democracia y se ha mostrado preocupada porque las "graves violaciones de los Derechos Humanos" en el estado de Rajine apenas han mejorado desde su última visita en enero. "Sigo recibiendo informes de violaciones supuestamente cometidas por las fuerzas de seguridad durante las operaciones", ha indicado.
Unas 120.000 personas siguen viviendo en campamentos de desplazados sin una solución a largo plazo planteada. "A algunas personas se les dijo que estarían en los campos durante tres días pero esto se ha convertido en cinco largos años", ha criticado.
Lee ha alertado del empeoramiento de la situación en los estados de Kachin y Shan. "Hay numerosos informes de muertes, torturas, incluso del uso de seres humanos como escudos por parte de las Fuerzas Armadas, supuestamente en algunos casos acompañados de amenazas de más violencia si se denuncian los incidentes", ha relatado.
La relatora especial ha destacado también la expropiación de tierras sin ninguna compensación para crear las denominadas Zonas Económicas Especiales. "En algunos casos, los agricultores tienen que pagar impuestos por las tierras confiscadas y a otros les dicen que pueden comprar sus propias tierras a un precio exagerado", ha indicado Lee. "Oí historias similares en varias áreas, lo que demuestra que es un problema a escala nacional", ha sentenciado.