Denuncia que se están produciendo retrocesos en materia de derechos y libertades para las mujeres
MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres fueron la "principal voz" durante la revolución que culminó con la caída del régimen de Muamar Gadafi en Libia pero su papel en la sociedad, y sobre todo en la toma de decisiones, sigue siendo poco relevante e incluso, en opinión de la juez Naima Gebril, parece estar experimentando un retroceso.
Según ha contado esta magistrada, miembro de la Comisión Nacional para el Diálogo de su país, la mujer de Libia tenía antes de la llegada al poder de Gadafi "sobre el papel" los mismos derechos que los hombres, incluido el derecho de voto (1961) aunque la realidad fuera que existía "discriminación".
Gebril comenzó desde los 16 años su lucha por los derechos de las mujeres y al terminar la carrera de Derecho sufrió en sus propias carnes lo que suponía esa discriminación en Benghazi, la segunda ciudad del país: le negaron la posibilidad de ser juez solo por el mero hecho de que no era hombre.
Esto no le disuadió y finalmente consiguió convertirse en la primera funcionaria del Ministerio de Justicia de Libia en 1975, continuando desde entonces su lucha incansable por que la mujer tenga un papel más presente en la sociedad y la política de su país.
Sin embargo, según ha reconocido, aunque las mujeres fueron clave en las protestas que culminaron con la caída de Gadafi tras ello llegaron al poder "poderes conservadores" que lo que hicieron fue alejar nuevamente a las mujeres de la toma de decisiones.
SIGNOS PREOCUPANTES
Desde entonces, según la juez, se suceden los signos preocupantes de un deterioro de la situación para la mujer, como el hecho de que no se permitiera hablar en el Parlamento a una diputada que no llevaba velo o que se propusiera autorizar por ley que un hombre pueda tener más de una mujer.
A esto se suma el que ha habido protestas para reclamar la separación por sexos en la enseñanza o incluso el que algunas mujeres hayan protestado para pedir que se exija por ley el uso del velo, ha precisado Gebril, subrayando que en algunas zonas del país las mujeres ya no pueden salir solas porque no está bien visto.
"La mayoría de las mujeres ahora lleva velo porque la sociedad y la familia quieren que lo lleve", ha reconocido, incidiendo en que en algunos casos su uso permite precisamente que "las mujeres se muevan con más facilidad y libertad". También se han producido varios asesinatos de destacadas defensoras de los derechos de las mujeres en los últimos años.
"Estoy muy asustada con toda esta situación", ha admitido Gebril. "Las mujeres en Libia tenemos un muro muy grande delante y tenemos que trabajar mucho para romperlo", ha subrayado, haciendo hincapié en que la situación política frágil y la falta de seguridad tienen consecuencias especialmente negativas para las mujeres.
Aunque son muchas las mujeres que tratan de aportar su granito de arena al futuro del país, se topan con numerosas trabas. Además, según la juez, la falta de una cultura democrática en Libia, tras más de cuatro décadas de dictadura, y el desconocimiento que tienen las mujeres respecto a sus derechos tampoco ayuda.
"Pasar de una dictadura a una democracia no es fácil, hace falta tiempo", ha admitido. En este sentido, ha criticado el que los hombres en el poder aseguren que "están con las mujeres" pero a la hora de repartir los puestos en el gobierno no quieran dar ninguno a éstas.
Según ha contado, durante las discusiones para el acuerdo que permitió la formación del actual Gobierno de unidad nacional solo había dos mujeres, ella incluida. El reparto de los ministerios se hizo por ciudades y ninguna de ellas quiso que fuera una mujer quien les representara, sino que todas defendieron que "los ministros tienen que ser hombres".
Otro de los problemas que aquejan a Libia, según Gebril, es el hecho de que las mujeres "no tienen espacio en las tribus" pese a que estas son un actor clave en la configuración social y política del país. "Si lo lograran puede que las cosas cambiaran", ha subrayado, pero por ahora se limitan a un "papel indirecto", tratando de trasladar sus ideas y peticiones a sus maridos.
DIÁLOGO
La juez tiene claro que la paz en Libia pasa por el diálogo y en este tienen que participar las mujeres. Para ello, es necesario que comiencen a asumir papeles de liderazgo, primero a nivel municipal y luego ir ascendiendo. "Para que haya paz no se empieza de arriba a abajo, sino que se empieza desde las bases", ha aseverado.
"Las armas y las balas no construyen los países, los países los construyen las personas", ha insistido Gebril, pero es necesario "cambiar la cultura de las personas", empezando por la de las propias mujeres, ya que son estas quienes cuidan a los hijos y les transmiten la cultura machista imperante en la actualidad.
El problema es que muchas mujeres "no conocen sus derechos" y por tanto no pueden defenderlos. "Ahora los estamos perdiendo porque muchas mujeres no creen en ellos y llevará tiempo cambiar la cultura en nuestra sociedad", ha admitido, aunque ha confiado en que la prensa y las redes sociales puedan ayudar a "dar un salto" y acelerar este proceso.
"La revolución comenzó en Libia pero aún no ha terminado", ha subrayado, usando una metáfora para expresar la importancia de las mujeres en el cambio: "la sociedad es como un pájaro, si solo tiene un ala no puede volar".
Gebril ha participado este martes en Madrid en el taller 'Mujeres libias: derechos y responsabilidades' organizado por Casa Árabe, la Fundación para la Promoción Social de la Cultura (FPSC) y READI con apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.