LIMA, 18 Ago. (Reuters/EP) -
La producción de cocaína en la frontera de Perú con Brasil y Colombia ha aumentado drásticamente en los últimos años debido a la presión ejercida por las fuerzas de seguridad peruanas en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), donde se concentra el narcotráfico en la nación andina.
El ministro de Defensa de Perú, Jorge Nieto, ha explicado en un encuentro con prensa extranjera que la producción de cocaína se ha incrementado en el entorno del río Putumayo, en la frontera con Colombia, y en el llamado trapecio amazónico, que comparte con Brasil.
Nieto no ha ofrecido datos, pero un informe de la Comisión Nacional para el Desarrollo y la Vida sin Drogas publicado el pasado mes de mayo revela que el cultivo de hoja de coca en la zona del Putumayo se ha triplicado en tres años, con más de 20.000 hectáreas en 2015.
"Tenemos allí una situación muy complicada", ha dicho Nieto desde el cuartel general del Ejército. "Se está abriendo un espacio de cultivo de hoja de coca y además hay nuevos métodos de producción de cocaína que aceleran los procesos", ha apuntado.
Nieto ha expresado su preocupación por la posibilidad de que disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) busquen continuar con el negocio del 'narco' en Perú porque "es gente entrenada en el uso de armas". "Tenemos que fortalecer nuestros mecanismos en esa frontera", ha subrayado.
La producción de cocaína ha aflorado en otros lugares a causa de la ofensiva militar puesta en marcha por las autoridades peruanas contra los guerrilleros de Sendero Luminoso en la región andina del VRAEM, donde se elabora el 75 por ciento de la droga del país.
Sendero Luminoso "se ha convertido en una firma que da servicios a las bandas y a los clanes del narcotráfico", ha indicado Nieto, al tiempo que ha señalado que la dificultad de las operaciones de seguridad en el VRAEM reside en su difícil geografía.
Las Fuerzas Armadas han desplegado cerca de 10.000 militares para lograr un "dominio territorial efectivo" en el VRAEM. En el último año, las tropas peruanas han logrado destruir 243 laboratorios clandestinos para la producción de cocaína.