MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
El líder del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, ha afirmado este lunes que la formación "tiene la puerta abierta" a diversas opciones para alcanzar un acuerdo de cara a la formación del nuevo Gobierno en el país.
"Está habiendo reuniones sobre el asunto del Gobierno, así como consultas tripartitas, y las puertas están abiertas para alcanzar el mejor resultado posible", ha dicho durante un discurso televisado.
Asimismo, ha recalcado la necesidad de "capitalizar sobre los puntos positivos" a raíz de la oleada de protestas en el país y ha agregado que "hay un punto de consenso".
"Todos los libaneses deben preservar sus elementos de fuerza. Deben evitar que nadie les lleve al caos y el vacío", ha manifestado, al tiempo que ha abogado por llevar ante los tribunales a todos los sospechosos de corrupción.
En este sentido, ha incidido en que la Justicia debe llevar a cabo "juicios justos alejados de cualquier intervención política", incluso contra miembros de Hezbolá. "Pueden empezar por nosotros", ha añadido.
"Prometo retirar la inmunidad de los ministros del partido y parlamentarios", ha puntualizado Hezbolá, quien ha hecho hincapié en que "las manifestaciones impedirán que ningún partido político proteja a los implicados en corrupción".
Por otra parte, ha dicho que "la posibilidad de una guerra entre Estados Unidos e Irán se ha desvanecido a un 99,99 por ciento" y ha ensalzado la postura de Teherán, según ha informado la cadena de televisión local Al Manar, vinculada al grupo.
Nasralá ha negado además que esté habiendo entregas de misiles a Hezbolá a través del paso fronterizo de Al Bukamal. "Tenemos un exceso de misiles en Líbano y no sabemos dónde almacenarlos", ha zanjado, tal y como ha recogido el portal local de noticias Naharnet.
"GOBIERNO DE SALVACIÓN"
Las palabras del líder de Hezbolá han llegado unos días después de que el 'número dos' del grupo, Naim Qassem, abogara por la formación de un "gobierno de salvación" y resaltara que el grupo trabaja para lograr un acuerdo a tal fin.
El primer ministro, Saad Hariri, presentó su dimisión el 29 de octubre, pero se mantiene en funciones hasta que se esclarezca la situación. En respuesta, el bloque parlamentario de Hezbolá afirmó que la dimisión del primer ministro supone "una pérdida del tiempo" necesario para sacar al país de la crisis.
Entre las opciones que se barajan está la formación de un gabinete tecnócrata en el que tengan menos representación los grandes grupos del país. El presidente libanés, Michel Aoun, afirmó el 31 de octubre que los integrantes del próximo Ejecutivo "deben ser elegidos según sus cualificaciones y su experiencia, no por su lealtad política".
Las protestas arrancaron a principios de octubre en medio del deterioro de la crisis y después de una caída de la moneda local por primera vez en las últimas dos décadas. El descontento se arrastraba ya desde julio, cuando el Parlamento aprobó un presupuesto de austeridad para hacer frente al déficit.
Líbano hace frente a una gran deuda pública y problemas financieros debido a la ralentización del flujo de capitales necesario para financiar al Gobierno, lastrado además por el escaso crecimiento y una elevada tasa de desempleo, cercana al 30 por ciento.