JOHANESBURGO, 19 Jul. (EUROPA PRESS) -
El ex presidente sudafricano y líder que acabó con el Apartheid en este país, Nelson Mandela, cumplió ayer 90 años, un cumpleaños que, después de una serie de apariciones públicas por todo el mundo durante las últimas semanas con motivo de este día, prefiere celebrar con su familia y amigos más cercanos.
Pero el líder africano no pudo dejar escapar esta ocasión para denunciar de nuevo la situación de extrema pobreza que vive África, por lo que hizo un llamamiento a los más ricos para que hagan más por los pobres.
"La pobreza todavía ahoga a nuestra gente. Si eres pobre, no es probable que vivas mucho tiempo", lamentó Mandela en declaraciones a los medios de comunicación en su casa, en lo que supone su primer encuentro con periodistas desde que en 2004 anunció que no iba a conceder más entrevistas.
"Hay mucha gente en Sudáfrica que es rica y que puede compartir esas riquezas con aquellos no tan afortunados que no han podido vencer esa pobreza", consideró el líder antiapartheid, también conocido en Sudáfrica como Madiba, un título honorario adoptado por ancianos de su tribu. Otros también se refieren a él como 'mkhulu', que significa abuelo.
El predecesor en el cargo de Mandela, el último presidente de la era apartheid, F.W. de Klerk, describió al ex mandatario como una de las más grandes figuras del siglo XX que "utilizó su encanto personal para patrocinar la reconciliación y dar forma a nuestras ampliamente diversas comunidades dentro de una nación multicultural".
"Esto, creo, será visto como su gran legado", añadió De Klerk, quien en 1993 fue galardonado junto con Mandela con el premio Nobel de la Paz por su lucha por los derechos de los negros y acabar con el Apartheid en Sudáfrica, poniendo punto y final a décadas de segregación racial implantado por los colonizadores holandeses.
En una entrevista con una radio local, el propio Mandela afirmó sentirse honrado de que la gente haya elegido celebrar el cumpleaños de "un hombre jubilado que no tiene más poder e influencia". Pero hoy también se cumplen diez años desde que Mandela se casó con su tercera mujer, Graca Machel. Ella misma le calificó como "un marido maravilloso" con el que disfruta "cada día como si fuera el último".
CELEBRACIONES PARA HOY
Aunque el cumpleaños fuera, el líder antiapartheid prefirió pasar este día con su familia, por lo que las celebraciones en Sudáfrica están previstas para hoy, sábado. Entre estos homenajes destacan la canción compuesta especialmente para Mandela por un coro de una escuela de Qunu, la ciudad donde vive, a la que el político jubilado ha destinado fondos y es un visitante habitual.
En Qunu, situada a unos 600 kilómetros al sur de Johanesburgo, llevan una semana de preparativos. Entre las celebraciones planeadas se incluye un festival de fútbol, un concierto y una comida en la que participarán 500 políticos, veteranos de la lucha contra el Apartheid.
Además, decenas de niños leerán las cartas que han escrito para el líder africano y en el Museo que lleva su nombre, situado a pocos metros de su casa, se inaugurará una exposición sobre Rosa Parks, una de las figuras más importantes del Movimiento de los Derechos Civiles de Estados Unidos por haberse negado a ceder el asiento a un blanco y moverse a la parte de atrás del autobús como dictaba la ley de la época, en los años cincuenta.
Según la Asociación de Prensa Sudafricana, se prevé también que, como homenaje a Mandela, el departamento de agricultura de la región de Cabo del Este reparta al menos 150 cabras entre las comunidades más pobres. Mientras, su partido, el Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés) desplegará en sus oficinas numerosas pancartas del que fuera su líder.
Muchos de los que han trabajado con Nelson Mandela y han mantenido una relación estrecha con él coinciden al considerarle un hombre "inspirador" y "muy humano". En este sentido habló uno de los compañeros de cárcel del líder antiapartheid en Robben Island, Mac Maharaj, quien declaró a la BBC que ve a Mandela como un icono.
Así, recuerda cómo hizo llorar a un veterano policía blanco en el día de su toma de posesión como presidente de Sudáfrica cuando se dirigió hacia él, le estrechó la mano y le dijo: "Ahora eres nuestra Policía".
Pero Maharaj cree que el acontecimiento que arrojó más luz sobre el verdadero carácter de Mandela fue el asesinato del conocido líder del ANC Chris Hani en 1993. En este sentido, el ex recluso cree que si Mandela hubiera llamado a la insurrección, ésta habría sido imparable. Sin embargo, destacó, fue a la televisión a pedir calma y compromiso por la democracia.
ENCARCELADO Y PRESIDENTE
Las acciones emprendidas por Mandela contra la segregación racial en su país le llevaron a pasar 27 años en la cárcel. Pese a su privación de libertad, siempre estuvo involucrado en el planeamiento de actividades de resistencia y durante todo ese tiempo se convirtió en la figura más conocida de la lucha contra el Apartheid.
"Durante toda mi vida me he dedicado a esta lucha del pueblo africano. He peleado contra la dominación blanca, y he peleado contra la dominación negra. He buscado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que todas las personas vivan juntas en armonía e igualdad de oportunidades. Es un ideal que espero poder vivir para ver realizado. Pero si es necesario, es un ideal por el cual estoy preparado para morir", dijo Mandela en su alegato ante el Tribunal Supremo de Sudáfrica en 1964, pese a lo cual fue condenado a cadena perpetua.
El cambio de políticas contra la segregación de los sucesivos gobiernos sudafricanos hizo que Mandela fuera puesto en libertad en 1990 y facilitó una pacífica transición a la democracia representativa en Sudáfrica. Cuatro años después, el líder político se convirtió en el primer presidente negro de su país.
Desde que dejó el cargo en 1999, Mandela se ha convertido en uno de los más destacados embajadores del continente africano y un firme activista en la lucha contra el sida. Su intervención también fue clave para que Sudáfrica fuera elegido como sede del Mundial de Fútbol de 2010.
En el año 2004, a la edad de 85 años, Mandela se retiró de la vida pública para pasar más tiempo con su familia y amigos y para, tal y como lo explicó él, dedicarse a la "reflexión".