MADRID, 8 May. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha afirmado este sábado que las autoridades "actúan con responsabilidad para garantizar la ley y el orden en Jerusalén", tras una jornada en la que más de 200 palestinos y cerca de 20 policías han resultado heridos en enfrentamientos en la ciudad.
"Estamos actuando con responsabilidad para garantizar la ley y el orden en Jerusalén mientras se mantiene la libertad de culto en los lugares sagrados", ha dicho, en un comunicado publicado tras una reunión con la cúpula de las agencias de seguridad para analizar la situación.
En esta línea, el líder de Yesh Atid, Yair Lapid, quien en estos momentos tiene el mandato para intentar formar el nuevo Gobierno, ha resaltado que "el Estado de Israel no permitirá que la violencia aumente y no permitirá que las organizaciones terroristas lo amenacen".
"Aquel que quiera dañarnos tiene que saber que pagará un precio muy alto", ha resaltado, al tiempo que ha incidido en que "es momento de la responsabilidad entre todas las partes, particularmente entre los funcionarios", sin especificar a quiénes se refería, tal y como ha recogido el diario 'The Times of Israel'.
Durante la tarde de este sábado, varios autobuses que trasladaban a palestinos a la Explanada de las Mezquitas --lugar conocido como Monte del Templo por los judíos-- han bloqueado una carretera después de ser interceptados por la Policía en un puesto de control en los alrededores de Jerusalén, de cara a las protestas previstas para las próximas horas.
Posteriormente, varias personas han sido detenidas en el marco de nuevos enfrentamientos en Jerusalén tras los rezos de la noche. Alrededor de 70.000 palestinos han acudido a la Explanada de las Mezquitas para participar en los rezos.
Los incidentes se han centrado en la zona de la Puerta de Damasco, donde la Policía israelí ha lanzado gases lacrimógenos y ha disparado balas de goma, dejando más de 50 heridos, tal y como ha recogido el diario 'The Jerusalem Post'.
Por otra parte, al menos tres palestinos han resultado heridos de bala por disparos de las fuerzas israelíes en el marco de unas protestas cerca de la frontera en la Franja de Gaza, desde donde ase han lanzado varios globos incendiarios.
Los enfrentamientos del viernes estallaron después de que la Policía israelí irrumpiera en la Explanada de las Mezquitas, donde se encuentra la mezquita de Al Aqsa, después de que cientos de palestinos se negaran a abandonar el lugar tras los rezos nocturnos en protesta por los planes de desahucio de familias palestinas en el barrio de Sheij Jarrá, en Jerusalén Este.
La situación ha llevado al líder del brazo político del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), Ismail Haniya, a advertir a Israel de que "pagaría un precio". "Le decimos (al primer ministro de Israel, Benjamin) Netanyahu: no juegues con fuego", ha dicho.
"Esta es una batalla que no puedes ganar. La arrogancia y la tiranía israelíes serán aplastadas contra las piedras de la mezquita de Al Aqsa", ha agregado, advertencias a las que se ha sumado el secretario general de Yihad Islámica, Ziad Nahala.
Nahala ha recalcado que "es imposible permanecer en silencio ante lo que está pasando en Jerusalén", según ha recogido el diario israelí 'Yedioth Ahronoth'. "El enemigo debe esperar nuestra respuesta en todo momento", ha resaltado el líder del grupo.
LA ONU LLAMA A LA CALMA
Por su parte, el enviado de Naciones Unidas para el Proceso de Paz en Oriente Próximo, Tor Wennesland, se ha mostrado "profundamente preocupado por el aumento de las tensiones y la violencia en Jerusalén y sus alrededores", según un mensaje publicado en su cuenta en la red social Twitter.
"Pido a todos que actúen con responsabilidad y mantengan la calma. Todos deben respetar el 'statu quo' de los lugares sagrados de la Ciudad Vieja de Jerusalén, en interés de la paz y la estabilidad. Los líderes políticos y religiosos deben actuar ahora", ha valorado.
En esta línea, el Cuarteto de Paz para Oriente Próximo --integrado por Naciones Unidas, la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Rusia-- ha indicado que "sigue de cerca la situación en Jerusalén Este" y ha mostrado su "profunda preocupación por los enfrentamientos diarios y la violencia" en esta zona de la ciudad.
"Estamos alarmados por las afirmaciones provocativas realizadas por algunos grupos políticos, así como por el lanzamiento de cohetes y el reinicio del lanzamiento de globos incendiarios desde Gaza hacia Israel, así como los ataques contra zonas agrícolas palestinas en Cisjordania", han lamentado.
Así, han mostrado su "gran preocupación" por los posibles desahucios en Sheij Jarrá y Siluan y han mostrado su oposición "a las acciones unilaterales, que sólo recrudecerán un ambiente ya tenso", al tiempo que han pedido a las autoridades israelíes "contención" y "evitar medidas que puedan empeorar la situación durante este periodo de festividades musulmanas".
"Pedimos a todas las partes que cumplan con el respeto del 'statu quo' en los lugares sagrados. Todos los líderes tienen una responsabilidad a la hora de actuar contra los extremistas y pronunciarse contra todos los actos de violencia e incitación", han dicho, antes de reiterar su apoyo a "una solución negociada de dos estados".
LAS TENSIONES EN SHEIJ JARRÁ
El barrio de Sheij Jarrá y otras zonas de Jerusalén Este han sido escenario de este repunte de las tensiones durante los últimos días después de que un tribunal israelí ha determinado que cerca de 50 residentes palestinos han de abandonar sus viviendas en el barrio argumentando que las mismas pertenecieron a judíos antes de 1948.
El portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Rupert Colville, reclamó el viernes a Israel que suspenda los desalojos y advirtió de que estos procesos podrían suponer una violación de sus obligaciones bajo el Derecho Humanitario e incluso un crimen de guerra.
"Queremos enfatizar que Jerusalén Este es parte de los territorios palestinos ocupados, en los que se aplica el Derecho Humanitario. La potencia ocupante debe respetar y no confiscar propiedades privadas en territorios y debe respetar, salvo que se le prohíba de forma absoluta, las leyes en vigor en el país", arguyó.
En este sentido, hizo hincapié que ello "implica que Israel no puede imponer sus leyes en territorios ocupados, incluido Jerusalén Este, para expulsar a palestinos de sus casas". "La transferencia de parte de la población civil de una potencia ocupante al territorio que ocupa está prohibida bajo el Derecho Humanitario y podría suponer un crimen de guerra", zanjó.