BAMA (NIGERIA), 1 (Reuters/EP)
El Gobierno de Nigeria ha anunciado este viernes que desplazará a las miles de personas afectadas por los ocho años de conflicto contra el grupo armado Boko Haram a ciudades fortificadas que estarán cercadas y vigiladas por los campesinos, al tiempo que ha anunciado que el resto de las zonas agrícolas que siguen controladas por los milicianos deberán defenderse por sí mismas.
La situación que vive el estado de Borno, epicentro de la guerra contra la insurgencia islamista, ha puesto de manifiesto la dura realidad que vive el noreste del país. Durante dos años, tanto el Gobierno como el Ejército han sido incapaces de hacer frente al grupo terrorista.
El Ejército no ha podido retomar el control en los territorios y ciudades que ha arrebatado a Boko Haram, lo que ha supuesto que unos dos millones de personas desplazadas no puedan regresar a sus hogares en las áreas rurales. El gobernador del estado de Borno, Kashim Shettima, ha denunciado que la vida de las personas en los pueblos pequeños se ha vuelto imposible.
Shettima ha declarado que "los números dan seguridad" y que el objetivo del Ejecutivo es "congregar a todas estas personas en cinco asentamientos urbanos" para proveerles de las necesidades básicas de sustento, así como de asistencia sanitaria, educación y seguridad.
"Es una solución de largo plazo, sin duda", ha subrayado. Esta medida se implementará en el este del estado de Borno y, concretamente, en la ciudad de Bama. Si la iniciativa triunfa y consigue su objetivo el Gobierno la aplicaría en otras zonas de la región.
El gobernador ha explicado que los agricultores y los civiles que conforman la Fuerza Especial Conjunta Civil serán los encargados de vigilar estas ciudades compuestas por población desplazada. Con la ayuda de las fuerzas de seguridad nigerianas, se garantizará la seguridad de estas ciudades cercadas y se vigilará un radio de hasta cinco kilómetros para que los civiles puedan aprovechar esas tierras.
El coordinador de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas para Nigeria, Peter Lundberg, ha señalado que la aplicación de esta medida en Bama es "lógica" porque es la segunda ciudad más grande de Borno. "Estas personas están ansiosas por regresar si las condiciones son buenas, seguras, dignas y, por supuesto, voluntarias", ha agregado Lundberg en declaraciones a la agencia de noticias Reuters.
TERRITORIO DE OTROS
Las reacciones de la población han sido dispares. Abubakar Goni, que vivía fuera de Bama antes de huir a la capital del estado de Borno, Maiduguri, ha destacado su deseo de volver a casa y ha garantizado que si las autoridades consiguen mantener la seguridad en su ciudad, regresará.
"Apoyaré (la iniciativa) si tengo un lugar para cultivar. También me hace feliz escuchar que el Gobierno nos dará protección, porque por lo que he oído los milicianos de Boko Haram siguen por la zona", ha declarado Coni.
Por su parte, Tijja Modu Alhaji, otra afectada por el conflicto ha asegurado que teme que se produzcan tensiones con las personas que residen en las nuevas ciudades a donde serán desplazados.
"No quiero quedarme en Bama porque me seguiré sintiendo como una extraña allí, al igual que me siento ahora que estoy en Maiduguri" ha contado, al tiempo que ha añadido que su deseo es regresar a casa y no "al territorio de otros".
Este plan del Gobierno aún se encuentra en sus fases iniciales, pero supondrá la vuelta a casa de miles de personas que huyeron de Bama y de las zonas de alrededores hacia campos de refugiados en Maiduguri y otras regiones.
Los desplazados serán acogidos en ciudades como Bama, que fue abandonada por sus habitantes cuando Boko Haram tomó el control hace tres años y que ya ha sido recuperada por el Ejército, aunque muchas de sus infraestructuras siguen destruidas y sin acceso a electricidad.
Aún se desconoce dónde se hospedarán las personas que regresen. A pesar de que los militares han recuperado la ciudad aún existen unas 150.000 personas en los campos habilitados para acoger a los desplazados.
Por su parte, Naciones Unidas ha propuesto trasladar a estas personas de manera gradual a nuevos asentamientos, pero el Ejecutivo nigeriano ha descartado esta posibilidad al asegurar que no pueden mantener dos campos en la misma región de forma simultánea.
NUEVOS HOGARES
Asimismo, las autoridades han informado de la construcción de 3.000 nuevas viviendas en Bama, pero han admitido que existe preocupación por la adaptación de estas personas a una ciudad que no conocen.
Lundberg ha advertido de que hasta que la economía del país no se haya recuperado existe el riesgo de que las personas que regresen a Bama "se vuelvan muy dependientes" de las ayudas humanitarias.
Los trabajadores humanitarios han explicado que estas personas tienen dos opciones: vivir en cuarentena o volver a sus casas en el campo, donde aún existe presencia de Boko Haram. Esta segunda opción implicaría para las personas que decidan irse al campo enfrentarse a la amenaza de que el Ejército les considere como potenciales simpatizantes del grupo terrorista.
"Estás prisionero, pero estás a salvo", ha declarado un miembro del personal humanitario. "Si prefieres seguir con tu propia vida, puedes hacerlo fuera (de las ciudades cercadas)", ha agregado.
El ministro de Información del Gobierno nigeriano, Lai Mohammed, denunció el domingo que los recientes ataques de Boko Haram, incluyendo el atentado suicida en el que murieron al menos 50 personas en una mezquita del estado de Adamawa hace una semana, han sido "la última coz de un caballo que está muriendo".
Sin embargo, varios militares y diplomáticos han criticado la incapacidad de las tropas para expulsar al grupo armado de las zonas rurales. "Borno no está mejorando para nada, más bien ha empeorado", ha denunciado un diplomático, al tiempo que ha lamentado la inestabilidad en la región.