MADRID, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de Nigeria han anunciado este viernes un toque de queda en la localidad de Jos, ubicada en el estado de Plateau (centro), tras las últimas tensiones intercomunitarias en el lugar, según ha informado el diario local 'Vanguard'.
El anuncio ha sido realizado por el secretario en funciones del gobierno estatal, Richard Tokma, quien ha detallado que la medida estará en vigor entre el anochecer y el amanecer.
Asimismo, ha recalcado que las autoridades están decididas a garantizar la seguridad de la población y sus propiedades y ha reclamado a los residentes que permanezcan en calma y cumplan con la legislación vigente.
Los incidentes han estallado tras la muerte de nueve miembros de una misma familia en un ataque ejecutado a primera hora del día por supuestos ganaderos, de mayoría musulmana.
En respuesta, residentes han salido a las calles y han destruido propiedades de musulmanes residentes en Jos, lo que ha desencadenado nuevos enfrentamientos intercomunitarios.
El conflicto se ha agravado este año, pero lleva décadas activo en esta región conocida como Cinturón Medio (Middle Belt), donde conviven etnias y religiones distintas. El contencioso se ha cobrado ya más muertes que las ocasionadas por el grupo yihadista Boko Haram.
El control de las tierras fértiles está en el origen de este conflicto, que ha derivado en una espiral de violencia y represalias con cientos de muertos este año.
La inseguridad se ha convertido ya en uno de los asuntos principales de la campaña para las elecciones presidenciales de febrero del año que viene, en las que el presidente, Muhammadu Buhari, aspira a la reelección.
El propio Buhari achacó en enero los últimos enfrentamientos entre pastores y agricultores a la disputa por la tierra al aumento de la población en el país.
"Cuando Nigeria logró la independencia, la población del país estaba estimada en 63 millones de personas. La población hoy es de cerca de 200 millones, mientras que la tierra ni ha aumentado ni aumentará", sostuvo.
Nigeria cuenta con amplios pastizales en el norte del país, si bien la desertificación y los ataques de la secta islamista Boko Haram han empujado a muchos pastores hacia el sur, entrando en conflicto con los agricultores de la zona.
Los pastores fulani, mayoritariamente musulmanes, y los agricultores, fundamentalmente cristianos, han protagonizado enfrentamientos durante décadas en torno a los territorios y los recursos, especialmente en el centro del país.