Trump confía en cerrar su nominación en una cita clave del calendario electoral de Estados Unidos
Quince estados y el territorio de Samoa Americana repartirán un tercio de los delegados republicanos
MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
Estados Unidos celebra mañana el 'supermartes', el gran día en el calendario de las primarias en el que hasta quince estados organizarán sus respectivas votaciones de manera simultánea para definir a sus candidatos a la Casa Blanca, siendo la contienda republicana la que acapara toda la atención este año.
Nikki Haley llega a este martes con la difícil tarea de frenar a un Donald Trump cuya nominación parece casi cerrada. La exgobernadora de Carolina del Sur tiene su última oportunidad de reducir la brecha que les separa después de una mediocre carrera por la nominación republicana hasta el momento.
Actualmente el expresidente cuenta con 244 delegados por 43 Haley, que confía en revertir la situación ganándose el favor de estados con votantes republicanos menos conservadores, como Massachusetts, Vermont o Virginia.
"Seguiré peleando", ha dicho Haley a su paso este domingo por Vermont, tras evitar pronunciarse sobre la posibilidad de perder y tener que apoyar la candidatura de Trump, que durante todas las primarias ha mantenido un brusco tono hacia ella. "Es una perdedora", ha dicho para desdeñar su triunfo en Washington.
"Al hablar de respaldar a alguien, hablas de derrota y no yo no pienso de esa manera. Cuando estás en una carrera, no piensas en perder, piensas en seguir adelante. Lo que puedo decir es que no creo que Joe Biden o Donald Trump deban ser presidentes", ha dicho en una última entrevista para NBC.
Además de su supervivencia política, Haley también se juega este martes su supervivencia financiera, después de que algunos de los principales soportes de su campaña hayan ido retirándose a medida que Trump iba imponiéndose en todas las contiendas, hasta este domingo en Washington.
En los últimos días, Haley ha acelerado el paso recorriéndose varios estados a la caza del voto moderado de aquellos descontentos con cómo Trump ha acabado fagocitando el partido, una empresa infructuosa para muchos analistas políticos, que creen que al igual que hiciera Ron DeSantis, está utilizando estos últimos estertores de su campaña para proyectarse de cara a futuros procesos electorales.
Por su parte, Trump ha arrancado la semana exultante, vaticinando que logrará los 1.215 delegados que necesita para asegurar matemáticamente su nominación, tras haber logrado en citas anteriores importantes victorias en feudos como Michigan y Carolina del Sur, el estado natal de Haley.
El expresidente lidera el conteo de votos y de delegados, habiendo ganado todas las primarias hasta ahora, salvo la de Washington, una "ciénaga" sin importancia, según Trump, para quien el 'supermartes' se antoja todo un trámite antes de ir a por el "el corrupto Joe", en referencia al presidente Biden.
Tanto es así, que más allá de los exabruptos lanzados contra su oponente, Trump se ha dedicado principalmente este fin de semana a apuntar hacia quien considera su único rival, Joe Biden. En un mitin celebrado este fin de semana en Carolina del Norte insistió en sus ataques al jefe de la Casa Blanca y en su discurso contra la inmigración que llega a través de la frontera con México.
'SUPERMARTES'
La gran cita del calendario electoral estadounidense reúne este martes a los votantes de quince estados --Alabama, Alaska, Arkansas, California, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah, Vermont y Virginia-- y un territorio --Samoa Americana--.
Más de un tercio de los delegados republicanos están en juego --874 de los 2.429-- junto con un porcentaje igualmente grande de delegados demócratas. Biden está invicto en las primarias de este año, mientras Trump sólo ha perdido una. Así, cuando se cierren las urnas se habrán asignado 1.151 del total.
No obstante, debido a que el proceso se llevará a cabo en hasta seis zonas horarias diferentes, lo más probable es que lleve algunos días determinar los resultados oficiales. En algunos estados, puede incluso demorarse algo más debido al voto por correo, como es el caso de California.
Es precisamente en ese estado donde se concentra el mayor premio este martes. Es ahí donde el expresidente Trump tiene grandes posibilidades de hacerse con los 169 delegados si gana más del 50 por ciento de los votos.
Ninguno de los candidatos podrá obtener la mayoría de los delegados hasta finales de marzo, si bien confían en poder cantar victoria entre el 12 y el 19 de ese mes. Trump necesita 1.215 de 2.429 delegados, mientras que Biden 1.968 de 3.934.
Con todo, las primarias continuarán hasta principios de junio y las convenciones de los respectivos partidos donde se elegirán a los contendientes no se celebrarán hasta meses después, en julio la republicana y en agoto la de los demócratas.
A su vez, y si bien las candidaturas a la Casa Blanca centran toda la atención, el electorado también votará por las listas de candidatos a gobernadores y a ocupar un escaño en el Senado y en la Cámara de Representantes, que pueden resultar claves para el control político del Congreso durante los próximos años.
ENCUESTAS DE INTENCIÓN DE VOTO
Según las últimas encuestas publicadas este domingo por varios medios de comunicación estadounidenses, Trump cuenta con una ligera ventaja en intención de voto con respecto al actual inquilino de la Casa Blanca, que se queda en el mejor de los casos a dos puntos porcentuales de su rival republicano.
La abstención del electorado otrora demócrata preocupa en el partido, al que también le pueda pasar factura en las presidenciales de noviembre su gestión del conflicto en Oriente Próximo, en el que Estados Unidos apenas ha dirigido una crítica abierta a Israel pese a los más de 30.500 muertos en la Franja de Gaza.
Aunque en Michigan ganó las primarias fácilmente, Biden recibió allí su primer toque de atención. Con el porcentaje de población árabe estadounidense más alto de todo el país, más de 100.000 votantes demócratas marcaron la casilla de "no comprometido", la opción que declara el rechazo a todos los candidatos, incluido el propio presidente de Estados Unidos.