El Niño: crónica de una tragedia que puede evitarse

Una mujer saca agua de un pozo en Harisso, Etiopía
ABIY GETAHUN/OXFAM
    
Actualizado: jueves, 14 abril 2016 8:45

MADRID, 14 Abr. (Por Paula San Pedro, responsable de Incidencia Política de Oxfam Intermón) -

   Los cálculos, por ahora, hablan de 60 millones de personas afectadas por el fenómeno de 'El Niño' este año. Tanto como la población de España y Portugal juntas. El reto no es sólo poder responder de manera eficiente a esta inmensa masa de gente, sino que además están dispersos en todas las regiones del globo y con efectos muy diversos.

   Así pues, hay gente afectada en el este y sur de África, en el Pacífico, en Centroamérica y en Sudamérica. Algunos sufren sequías, otros inundaciones y derrumbamientos de tierra, otros frecuentes e intensos ciclones...

   Las previsiones de la Organización Meteorológica Mundial indican que este año el impacto de El Niño será uno de los tres más fuertes desde 1950. Y aunque para ciertas regiones el efecto no sea el "mayor de la historia", se sabe que en cualquier caso sus consecuencias serán devastadoras. Este fenómeno viene además precedido por unas temperaturas nunca vistas y por unas sequías y lluvias erráticas producidas durante 2014 y 2015.

Etiopía

  Eleanor Farmer/Oxfam

A solo cuatro meses de iniciarse el año esto es una sintética foto de lo que está pasando.

   - En Papúa Nueva Guinea: casi el 40% de la población afectada por la sequía.

   - En Timor Oriental: casi el 50% de la población podría sufrir inseguridad alimentaria.

   - En Filipinas: el 85% de las provincias sufrirán sequías a finales de abril.

   - En la región sur de África: 30 millones de personas sufren inseguridad alimentaria.

   - En Guatemala, Honduras y El Salvador: 3,5 millones de personas sufren las consecuencias de la sequía.

   Pero hay un país que está sufriendo las peores consecuencias: Etiopía. Según fuentes oficiales, son ya 10 millones de personas las que están afectadas por la sequía, la peor de los últimos cincuenta años.

   La falta de lluvias a lo largo de 2015 ha provocado que se haya perdido ya entre el 50 y el 90% de las cosechas, especialmente en el este del país, y que se hayan secado muchas de las fuentes de agua. Cientos de miles de animales han muerto, los niveles de malnutrición han alcanzado niveles alarmantes y ya seis millones de niños están en riesgo severo.

LOS EFECTOS PERVERSOS

   Lamentablemente, los efectos del fenómeno llamado 'El Niño' van a tener un largo alcance tanto en personas como en tiempo, y muy probablemente veamos cómo perduran sus consecuencias  en los próximos años.

   El coste de la inseguridad alimentaria no sólo produce sufrimiento, miseria y pérdidas en el corto plazo, sino que tendrá consecuencias en el largo plazo especialmente perjudiciales para los niños y las mujeres.

   Las crisis alimentarias reducen el crecimiento económico y arraigan a las personas en la pobreza, revirtiendo los logros del desarrollo. Además, la desigualdad suele acompañar este proceso de empobrecimiento, y a su paso deja naciones más frágiles y con mayores tasas de inequidad.

Etiopía

Eleanor Farmer/Oxfam

   Y como siempre pasa, las crisis golpean por partida doble a los más vulnerables dando lugar a una situación de gran precariedad para millones de personas que ya antes estaban en una situación límite.

   Una respuesta natural de la gente que ve como sus recursos y su medio de vida desaparecen es moverse a otro lugar donde crean que pueden volver a empezar de cero. Lo que nos indica el pasado es escalofriante, y eso sin contar con los perversos efectos de 'El Niño'.

   Desde 2008, una media de 26,4 millones de personas se han visto obligadas a desplazarse por desastres naturales cada año, lo que equivale a una persona desplazada por cada segundo. También se sabe que estos movimientos de gente generan gran inestabilidad regional y pueden provocar en último término conflictos violentos. El futuro que depara 'El Niño' es demoledor.

Etiopía

Sam Cunningham/Oxfam

NO HAY EXCUSAS PARA NO RESPONDER

   No estamos ante una única crisis, sino ante un gran número de ellas. Es comprensible que la respuesta internacional se centre hoy en los países afectados, pero debe ir mucho más allá para garantizar que no desencadene la misma situación en otros.

   Así pues, se requiere una respuesta humanitaria urgente que incluya intervenciones vitales para dar apoyo en agua, saneamiento y seguridad alimentaria. Pero al mismo tiempo, y sin dilación, se necesitarán  otras intervenciones para garantizar una recuperación más rápida.

   En los contextos donde la situación se ha deteriorado sin llegar a configurar una emergencia humanitaria, se deben apoyar las acciones tempranas para mitigar los efectos de 'El Niño' y construir mecanismos de resiliencia.

Etiopía

  Eleanor Farmer/Oxfam

   Y para todo ello se necesita el apoyo incondicional de los donantes. Un apoyo que se traduzca a nivel político y también financiero.

   España, lamentablemente, parece situarse en el terreno del mal ejemplo, lejos de lo que debería hacer un país responsable. Ya es sonado y conocido cómo el monto de la ayuda humanitaria oficial ha caído en picado, un 82% desde 2008. Esto ha dejado el presupuesto de la Oficina Humanitaria en cifras irrisorias.

   Para este año su presupuesto total es de poco más de 16 millones de euros, y el compromiso para Etiopía no alcanza el medio millón. Es difícil encontrar adjetivos para describir estas cifras.

   También resulta descorazonador, en este convulso momento político, no escuchar por parte de los responsables de los diferentes partidos políticos ni una sola, pero ni una, mención a lo que ocurre más allá de nuestras fronteras. No sé si esto representa la ceguera de nuestros potenciales gobernantes o, peor aún, la despiadada ignorancia de una sociedad que no reclama a sus políticos que se responsabilicen y actúen ante la magnitud del sufrimiento que se avecina.