LONDRES, 4 Dic. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
Mohamad al Yunde tenía solo doce años cuando decidió levantar una escuela en el valle de la Beká, en Líbano, para dar formación a otros refugiados que como él tuvieron que huir de su país debido a la guerra. Ahora, tres años después, ha sido premiado con el Premio de la Paz Infantil, un prestigioso galardón para reconocer que cientos de niños y niñas han podido seguir yendo a clase a pesar del conflicto gracias a su iniciativa.
La escuela comenzó a funcionar a base de la dedicación de voluntarios y de los propios familiares de Al Yundi, que ayudaron para construir el edificio e impartir materias como inglés, matemáticas o fotografía. Ahora más de 200 estudiantes --de 5 años a adultos-- y varios profesores profesionales están vinculados a un proyecto que aplica perspectivas de género.
"Me siento muy feliz de no ser solo un profesor, sino también un amigo e incluso nos hemos hecho familia. Juntos somos más fuertes", ha afirmado Al Yundi tras conocer que había sido premiado por la Fundación Derechos Infantiles (Kids Rights Foundation), una organización holandesa.
"No se trata solo de enseñar, leer y escribir, sino de dar a los jóvenes refugiados un lugar seguro para expresarse", ha añadido Al Yunde, que ahora tiene 16 años, en declaraciones telefónicas a la Thomson Reuters Foundation.
El premio comenzó a entregarse en 2005 y tiene ya entre sus galardonados a la paquistaní Malala Yusafzai --la persona más joven en recibir el Nobel de la Paz--, premiada entonces por promover la educación entre las mujeres pese a recibir un disparo en la cabeza en 2012, un ataque obra de talibán contrarios a que las mujeres fueran a la escuela.
"Como bien sabe Mohamad, el futuro depende de nuestros hijos... y su futuro depende de la educación", ha declarado Yusafzai, quien ahora tiene 20 años y estudia en la Universidad de Oxford, en Reino Unido. Yusafzai ha realizado estas declaraciones durante la ceremonia de entrega del premio, celebrada en La Haya. Ella misma ha sido la responsable de entregar el galardón a Al Yundi.
Más de 2,5 millones de sirios menores de edad han tenido que huir de sus hogares y unos 500.000 viven en Líbano, donde padecen escasez de alimentos y no tienen un acceso adecuado a servicios sanitarios. Casi la mitad de los menores de entre 6 y 14 años no van a la escuela, según la Fundación Derechos Infantiles.
"Es muy importante que estos niños reciban una educación. De lo contrario, podrían convertirse en una generación perdida", ha destacado Al Yunde.