MADRID, 9 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los niños residentes en Mosul siguen viviendo "con miedo constante" y cerca de la mitad de ellos "sienten tristeza casi todo el tiempo", un año después de la expulsión del grupo yihadista Estado Islámico, según la organización no gubernamental Save the Children.
En su nuevo informe, la organización ha resaltado que "cientos de miles viven entre los escombros como consecuencia del conflicto" y ha apuntado que padecen "serios problemas emocionales, depresión y un nivel extremo de ansiedad".
Así, ha recordado que durante los años en los que los yihadistas controlaron la ciudad, los niños y adolescentes "experimentaron horrores inimaginables", por lo que un año después "siguen luchando para afrontar sus miedos".
El documento recoge que el 80 por ciento de los adolescentes han afirmado que no se sienten seguros caminando solos por la calle y que la mitad ha dicho que no se encuentran seguros si no están sus padres con ellos.
En este sentido, únicamente uno de cada diez niños entrevistados puede recordar algo feliz en su vida, mientras que más del 25 por ciento de los menores de entre trece y 17 años dicen que "no les gusta" quienes son.
Además, más del 70 por ciento de los padres o personas a cargos de estos menores sufren depresión y más del 90 sienten que no son útiles. Estos adultos han dicho además que el 39 por ciento de los niños a su cargo se autolesionan y casi el 30 por ciento ha escuchado sobre intentos de suicido por parte de adolescentes.
La ONG ha advertido de que como consecuencia del impacto del conflicto en los adultos, los niños "apenas reciben apoyo por su parte", lo que limita su capacidad para poder recuperarse.
"No exteriorizar los problemas pone en riesgo a los niños a tener baja autoestima, a aislarse y tener comportamientos suicidas y empeora los síntomas de depresión y ansiedad", ha explicado Ana Locsin, directora de Save the Children en Irak.
"Si la sensación de seguridad de los niños no se restablece y los padres no reciben ayuda, los menores seguirán angustiados y esto podría producirles problemas de salud mental a largo plazo", ha agregado.
CERCA DEL 33% TAMPOCO SE SIENTEN SEGUROS EN CLASE
A ello se suma que cerca del 33 por ciento de los adolescentes dicen no sentirse seguros tampoco en clase, después de que la mitad de las escuelas en la zona de conflicto hayan quedado destruidas.
"Estos niños han pasado sus años de formación bajo Estado Islámico. Han visto sus colegios transformados en campos de batalla y sus amigos asesinados en las clases. La escuela ya no se considera un lugar protegido para la infancia", ha lamentado Locsin.
Fahad, una niña de doce años, ha relatado que "un francotirador apuntó a los niños para que cuando los padres y madres vinieran a buscarlos pudiese fusilar a toda la familia". "El colegio se convirtió en primera línea de batalla", añade.
Por ello, ha pedido a la comunidad internacional que dé prioridad a la protección de la infancia y que aumente los fondos para mejorar su salud mental y psicosocial, al tiempo que la recordado que hasta la fecha se ha cubierto únicamente el siete por ciento de los fondos solicitados para este año.
Save the Children ha reclamado además al Gobierno iraquí que diseñe una política nacional sobre salud mental para la infancia y las familias afectadas por la guerra.
"Es necesario que se tomen medidas urgentes para garantizar que los niños tengan acceso a los servicios básicos, puedan sentirse seguros para caminar y jugar al aire libre e ir al colegio", ha dicho Locsin. "El futuro de Irak depende del desarrollo de los niños y niñas para que puedan convertirse en adultos sanos y seguros", ha remachado.