Todos muestran signos de estrés tóxico y el 90 por ciento ha perdido a un ser querido, según Save The Children
MADRID, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los niños que han vivido bajo el dominio de Estado Islámico en Mosul, tras años de guerra, muestran grandes daños psicológicos, están aterrorizados por pesadillas y recuerdos de experiencias traumáticas y no son capaces de mostrar sus emociones, según un informe publicado este miércoles por Save The Children.
Con la ayuda adecuada, la mayoría de los niños serían capaces de reconstruir una vida normal. Sin embargo, Save the Children advierte de que sin un aumento urgente del apoyo psicológico los niños que han huido de Mosul podrían sufrir daños psíquicos e incluso físicos de por vida.
La pérdida de seres queridos es la mayor causa de dolor para los niños y cerca de un 90 por ciento ha sufrido la pérdida de al menos un miembro de la familia, bien sea porque ha muerto, ha sido secuestrado o ha huido.
Muchos niños contaron a Save The Children que han visto cadáveres y sangre en las calles y cómo las bombas destruían sus hogares. También han presenciado el asesinato de miembros de su familia por explosiones de minas antipersona, disparos de francotiradores o explosiones mientras huían.
La mayoría de los menores, que el caso de las niñas se eleva hasta el 78 por ciento de los casos, han declarado no poder conciliar el sueño y tener pesadillas de experiencias traumáticas tan vívidas que les siguen afectando durante el día. Muchos mencionaron tener miedo a una "cosa", "persona" o "monstruo" que no identificaban y se referían constantemente al miedo de que Estado Islámico les castigara y matara o encarcelara a sus familiares por no cumplir las reglas. El terror de ser atacados por los terroristas permanecía a pesar de la relativa seguridad en los campos de desplazados.
La mayoría de los niños que participaron en el estudio mostraban comportamientos "robóticos", eran incapaces de mostrar emociones o jugar y tardaban mucho en comprender las instrucciones. Save The Children les pidió que pusieran aquello que no les gustaba, un objeto o algo de sí mismos, en una "bolsa mágica" y lo más frecuente fue "guerra", "armas", "tristeza" y "Estado Islámico". Cuando se les pedía que sacasen algo de la bolsa que podría hacerles sentir mejor no sabían qué contestar y los que sí reaccionaron eligieron "felicidad" y a las personas queridas que habían perdido.
"Los niños se han vuelto introvertidos y callados. Rara vez sonríen. Es como si hubieran perdido la capacidad de ser niños", ha declarado la asesora de Salud Mental en Save The Children para Oriente Próximo, la doctora Marcia Brophy.
"Cuando les preguntamos qué les gustaba de ellos mismos, los niños solían decir cosas como 'estoy tranquilo', 'obedezco órdenes' o 'me quedo en un lugar seguro'", ha contado la doctora. "Estos niños no van a sanar en semanas, ni siquiera meses. Necesitarán apoyo durante los próximos años", ha advertido.
Para la recuperación es fundamental la ayuda de los padres, sin embargo, la guerra ha roto las familias. Muchos adultos sufren también unas secuelas psicológicas tan fuertes que se muestran incapaces de consolar a sus hijos. Como consecuencia, la violencia doméstica ha aumentado en los campamentos y más del 85 por ciento de los niños han reconocido haber sido golpeado o presenciar agresiones.
LOS NIÑOS SUFREN ESTRÉS TÓXICO, EL MÁS PELIGROSO
Save The Children ha advertido de que los niveles de violencia y privación a los que los niños están expuestos causan una condición de estrés tóxico, la forma de responder al estrés más peligrosa porque la mente se encuentra en constante actividad y produce reacciones de lucha y huída.
Si no se trata los daños cerebrales causados por el estrés tóxico pueden tener consecuencias de por vida física y mentalmente, aumentando la posibilidad de contraer enfermedades cardiacas, depresión o ansiedad.
EL APOYO FINANCIERO NO ES SUFICIENTE
La financiación destinada al apoyo psicológico para niños y padres es insuficiente, las necesidades del programa para el año 2017 hasta el momento roza el 2 por ciento de lo necesario. El Plan de Respuesta Humanitaria de Naciones Unidas no alcanza la mitad de los fondos que necesita.
"Los niños que huyen de Mosul han pasado por el horror dentro del horror, han pasado hambre y han sido maltratados. Los explosivos han caído por todas las partes sin control y el impacto en los niños es claro: incluso si sobreviven, quedan marcados y rotos. Ahora mismo ese es el futuro de Mosul", ha denunciado la directora de Save The Children en Irak, Ana Locsin.
"Las ayudas para salvar vidas como prestar refugio, comida y agua son cruciales en esta crisis, pero para ayudar a los niños a recuperarse y reconstruirse el apoyo psicológico debe considerarse una prioridad. El mundo debe hacer más para reparar el daño que ha hecho", ha sentenciado.