Actualizado: jueves, 1 octubre 2015 21:30

NAIROBI 1 Oct. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Burundi dará a aquellos que se encuentren en posesión de armas ilegales un mes para deshacerse de ellas y trabajará para que los agentes de Policía implicados en casos de asesinato y tortura rindan cuentas ante la Justicia, según ha informado el presidente, Pierre Nkurunziza.

El presidente ha aclarado que pasado este mes "cualquiera que sea detenido con armas será castigado". El país vive una crisis política desde que el mandatario anunció en abril que se presentaría a un tercer mandato, el cual comenzó en agosto. La oposición critica que esta nueva etapa viola el acuerdo de paz que puso fin a la guerra civil en 2005, un conflicto que dejó el país plagado de armas.

Nkurunziza también ha informado de que el Poder Judicial ha destapado casos de "agentes de seguridad descubiertos in fraganti asesinando o torturando a personas, a pesar de que se supone que deben garantizar la paz y la seguridad". "Incluso si son pocos, nos vamos a ocupar de ellos seriamente como criminales que son", ha añadido.

El presidente ha ofrecido las declaraciones, recogidas por la televisión y la radio estatal, después de que el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Husein, afirmase el lunes que había un "aumento alarmante" del número de arrestos arbitrarios y de asesinatos, cuyos cuerpos presentaban signos de tortura.

Hay un incremento del riesgo de que la espiral de violencia de ojo por ojo vuelva a hundir de nuevo al país en su pasado sangriento", alertó Zeid, añadiendo que muchas de las víctimas habían muerto por una bala disparada a corta distancia y algunas presentaban signos de tortura.

Además, Al Husein denunció el aumento de arrestos arbitrarios, que, según el Gobierno, están relacionados con las personas que provocan la violencia. Nkurunziza ha explicado que se liberará a los "jóvenes implicados en la insurgencia", pero no a aquellos que estén detrás de actos violentos.

ESPIRAL DE VIOLENCIA

Se han producido una serie de tiroteos, ataques con granadas y asesinatos en las últimas semanas, dirigidos, entre otros, a altos cargos gubernamentales y miembros de la oposición. Según los analistas, esta nueva espiral de violencia podría llevar de nuevo al país a un conflicto de baja intensidad. Algunos cuerpos han sido encontrados en las calles después de los episodios violentos que han tenido lugar pasada la medianoche en la capital, Bujumbura.

En el último incidente, un portavoz del servicio de Inteligencia (SNR), Télesphore Bigirimana, ha asegurado que un hombre mató a tiros la noche del miércoles a un agente de Policía y a un propietario de un bar de Bujumbura. En otras zonas también se oyeron disparos durante la noche. Asimismo, un portavoz de las fuerzas de seguridad ha afirmado que otro agente fue asesinado el miércoles por la tarde, pero ha descartado cualquier motivación política.

Un sector del Ejército organizó en mayo un intento de golpe de Estado fallido y, desde entonces, uno de esos generales dice que son las fuerzas leales a los líderes golpistas quienes se encuentran detrás de los asaltos rebeldes de julio en el norte de Burundi y de otros ataques con granadas contra agentes de seguridad.

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