MADRID, 10 Oct. (EDIZIONES) -
El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, utilizó este domingo antes y durante el debate presidencial a Kathy Shelton, víctima de violación cuando tenía 12 años, para atacar a su contricante política, Hillary Clinton. Según ha denunciado Trump, la candidata demócrata se rió de Shelton cuando era una joven abogada en 1975. La acusación no por dura es verdadera, tal y como han señalado multitud de medios estadounidenses.
No es la primera vez que desde círculos republicanos se usa la figura de Shelton para atacar a Hillary Clinton. Una campaña viral lanzada a principios de 2016 ponía el foco en el papel que jugó Clinton en este caso y vertía duras acusaciones contra ella, afirmando que se rió de la víctima y que se había presentado voluntaria para defender a su atacante.
El caso de Shelton, que se ha mostrado muy crítica con Clinton por su papel en el juicio en el que se condenó a su atacante, es distinto al de las otras tres mujeres con las que apareció Trump en rueda de prensa antes del debate. A diferencia de ellas tres, que centraban sus acusaciones en su marido, Bill Clinton, el caso Shelton apunta directamente a la candidata.
Los hechos se remontan a 1975, cuando Hillary Clinton, por entonces con 27 años de edad, trabajaba como abogada y fue nombrada por un juez para defender a un indigente acusado de violar a una niña de 12 años de edad. En su libro de memorias 'Living History', Clinton escribe que ella "no estaba cómoda con aceptar a un cliente así", pero el fiscal le recordó que "no podía negarse a la petición del juez", según recoge la web Político. El fiscal del caso Mahlon Gibson apoyó en una entrevista esta versión al asegurar que Clinton "dejó muy claro" que no quería el caso.
En 1980, el periodista Roy Reed entrevistó a Clinton sobre el caso. Aunque la entrevista no llegó a publicarse, las cintas salieron a la luz años más tarde, y se han usado desde entonces como base para acusar a Clinton de falta de sensibilidad con las víctimas de violación y con el feminismo en general.
En las grabaciones, que se pueden escuchar en YouTube, Clinton ríe en varias ocasiones, pero nunca se burla ni se ríe de la víctima, sino que centra su ironía en cómo se desarrolló el proceso que llevó a que su cliente fuera condenado a 10 meses en la cárcel después de que algunas pruebas fueran desestimadas y la petición de pena para el hombre rebajada.
Durante la entrevista, Clinton se refiere a cómo el propio laboratorio forense destruyó por error una prueba de ADN contra su cliente --unos calzoncillos con una mancha de sangre-- y cómo ella pidió que esa prueba fuera desestimada en el juicio al no poder llevar a cabo una análisis independiente. "Es triste. ¿Pero sabes lo que es triste? Que el fiscal tenía esa prueba", señala en las grabaciones, en referencia a que había sido el propio laboratorio el que destruyó la prueba tras realizar el análisis de ADN.
Como parte de su estrategia de defensa, Clinton pidió que esa prueba no se tuviera en cuenta, planteó que un experto evaluara la salud mental de la víctima e hizo someterse a un polígrafo a su cliente.
Es precisamente al recordar esa última prueba cuando se oye a Clinton reír en las grabaciones de la entrevista, no al referirse a la víctima. "Le hice someterse al polígrafo y lo pasó, lo que destruyó para siempre mi fe en los polígrafos", señala Clinton en la entrevista.
Junto a Shelton, en la rueda de prensa convocada por Trump este domingo también comparecieron tres mujeres que acusaron al expresidente Bill Clinton de abusos sexuales. En la misma han estado presentes Paula Jones, Juanita Broaddrick y Kathleen Willey, quienes aseguran que Bill Clinton las violó o acosó, según ha informado el diario estadounidense 'The New York Times'.
"Estas cuatro mujeres muy valientes han pedido estar aquí", ha dicho Trump, quien ha sacado el pasado de Bill Clinton a debate tras publicarse un vídeo de 2005 en el que el candidato republicano hacía comentarios lascivos sobre las mujeres.