Denuncia que la "violencia" en las "devoluciones ilegales" desde Croacia es "más salvaje que nunca"
MADRID, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
La organización No Name Kitchen ha alertado de que más de 4.000 migrantes y refugiados están viviendo en las montañas y en edificios abandonados del norte de Bosnia y Herzegovina, con temperaturas que por la noche llegan a bajar hasta los cero grados y sin poder acceder a campamentos para desplazados.
"Las noches en la región norte de Bosnia y Herzegovina ya registran en ocasiones los cero grados de temperatura, mientras que miles de personas que están migrando o en busca de asilo, están viviendo a la intemperie, entre las que hay familias con niños, niñas y bebés", ha advertido la organización no gubernamental, en un comunicado.
No Name Kitchen ha explicado que la cifra de migrantes y refugiados varía con frecuencia porque cada día sus trabajadores tienen contacto con "nuevos grupos de personas" que están en el país balcánico en su ruta hacia Croacia.
"Las autoridades de la región han prohibido a las personas en tránsito la entrada a los campos de refugiados existentes", ha indicado, antes de señalar que las personas que llegan a Bosnia proceden de países como Afganistán, Siria, Pakistán, Bangladesh, Irán, Irak, Marruecos o Argelia, entre otros.
No Name Kitchen trabaja sobre el terreno con equipos en las localidades de Velika Kladusa y de Bihac y en localidades próximas, donde ofrece comida, ropa de abrigo, ropa limpia y productos de higiene a los migrantes y refugiados, además de identificar problemas graves de salud y de recoger testimonios sobre la violencia que padecen estos desplazados en su ruta balcánica hacia Europa.
MILES DE PERSONAS EN SITUACIÓN DE "DESAMPARO"
La organización ha mostrado su preocupación por la situación de "desamparo" que están viviendo "miles de personas" ante la llegada del invierno y también por la "violencia" que están sufriendo los migrantes que llegan a Bosnia y Herzegovina tras ser devueltos por las autoridades de la vecina Croacia. En este sentido, ha asegurado que la violencia que han padecido los migrantes es "la más salvaje" que han visto sus cooperantes "hasta el momento".
"Estas devoluciones en caliente son procesos ilegales de acuerdo con la legislación de la Unión Europea pero es una práctica habitual que venimos denunciando desde primavera de 2018, cuando comenzamos nuestras actividades en Bosnia", ha indicado.
La organización ha asegurado que las autoridades del cantón de Una Sana, en el norte de Bosnia, decidieron en septiembre imponer más restricciones a las personas en tránsito, impidiendo el acceso a los campos de refugiados de los migrantes que no se hayan registrado antes de esa fecha.
"Esto lleva también a que si las personas pierden su tarjeta de acceso a estos lugares, se quedan en la calle. Otra de las restricciones es 'la prohibición de movimiento de los migrantes en zonas públicas'", ha relatado.
No Name Kitchen ha contado que, como consecuencia de las restricciones actuales, los migrantes se ven obligados a dormir escondidos "en bosques o en fábricas abandonadas". "Escondidos porque cuando la policía local los descubre los lleva a lugares remotos, alejados de cualquier centro urbano, donde no tienen acceso ni siquiera a tiendas para comprar su comida", ha denunciado.
La ONG ha señalado que en los últimos días ha tenido contacto con "decenas de familias" de migrantes y ha advertido de que la cifra "se va incrementando día tras día". "La mayoría son de Afganistán. Como no pueden acceder a los campos, están viviendo en unas casas abandonadas en una aldea. Entre ellas hay muchos bebés, niñas y niños", ha asegurado.
Tras subrayar que la Unión Europea no ofrece a las personas "vías legales para pedir asilo fuera de sus fronteras", ha recordado que en Bosnia y Herzegovina "prácticamente no se conceden asilos", lo que obliga a los migrantes a tener que cruzar las fronteras "a escondidas" para poder solicitar esa protección.
Desde el verano, No Name Kitchen ha denunciado la falta de acceso a agua limpia que están sufriendo las personas atrapadas cerca de la frontera con Croacia en el norte de Bosnia. "Esto, sumado a la humedad y suciedad de los bosques, lleva a que prácticamente todo el mundo esté padeciendo enfermedades en la piel que serían totalmente evitables con acceso a agua limpia", ha indicado.
La ONG ha asegurado que la violencia es ahora "más salvaje que nunca" en las "devoluciones ilegales" de migrantes que realizan las autoridades croatas desde la frontera. "Llevamos presentes en Bosnia y Herzegovina, frente a la frontera croata desde primavera de 2018 y si la violencia siempre ha sido un asunto grave y preocupante, en los últimos días es peor que nunca", ha asegurado.
Las "últimas devoluciones violentas" de migrantes desde Croacia, según una investigación realizada por esta ONG y por la Red Vigilancia de la Violencia Fronteriza (BVMN), sigue "un patrón muy marcado", como muestran los testimonios de las personas que las han padecido.
"Estos días la gente ha llegado con hematomas graves y marcas en la piel que demuestran haber sido azotados con alguna cuerda de punta fina, similar a un látigo, como se puede ver en las fotografías que son de personas que fueron devueltas en dos momentos diferentes", ha explicado.
Los migrantes han contado que las devoluciones violentas se dan en la zona de jurisdicción de la Comisaría de la Policía Fronteriza de Cetingrad. "A menudo, los responsables más agresivos de estas devoluciones violentas van vestidos con uniformes negros y máscaras de pasamontañas, según los testimonios de muchas personas deportadas", ha relatado.