Actualizado: viernes, 20 noviembre 2015 17:53


OSLO, 20 Nov. (Reuters/EP) -

Este viernes han entrado en vigor en Noruega las leyes de emergencia para restringir el número de peticiones de asilo ante el flujo incesante de refugiados que llegan al país, lo que ha contribuido a aumentar entre la población la popularidad del partido anti-inmigratorio en el poder.

Las medidas fueron anunciadas por la coalición minoritaria en el Gobierno --compuesta por el Partido Conservador de centro derecha y el xenófobo Partido Progresista-- hace una semana y fueron aprobadas por el Parlamento en la tarde del jueves con la ayuda del principal partido de la oposición, el Laborista, así como de otros partidos de centro. La legislación ha sido refrendada por el gabinete y el Rey este viernes.

La nueva normativa, que permanecerá en vigor durante dos años, facilitará el rechazo a tramitar las peticiones de asilo de los refugiados, en caso de que estos hayan residido en un tercer país considerado seguro por Noruega. También permitirá arrestar y detener a los extranjeros que probablemente no vean tramitadas sus peticiones, así como imponer la obligación de informar a las autoridades o permanecer en un lugar específico.

Un gran número de parlamentarios han coincidido, durante la sesión, sobre la necesidad de realizar una reforma de la política noruega de asilo de mayor calado y duración, que incluya, entre otras propuestas, la devolución en caliente de los refugiados con un historial criminal.

"El debate sobre los refugiados ha cambiado significativamente durante el otoño, de una discusión marcada por la compasión y la simpatía hemos pasado a un diálogo centrado en los problemas que los inmigrantes y refugiados traen consigo", ha señalado el analista político del Instituto de Investigaciones Sociales, Johannes Bergh.

El apoyo del Partido Progresista ha subido de 7,3 puntos porcentuales al 17,7 por ciento desde octubre, según ha señalado la encuesta Ipsos MMI para el periódico 'Dagbladet' este viernes. El apoyo de los conservadores ha descendido 3,3 puntos hasta alcanzar un 20 por ciento. La encuesta, realizada entre los días 16 y 19 de noviembre, refleja un vuelco desde las elecciones municipales de septiembre, cuando el Partido Progresista registró su peor resultado en 22 años.

El país nórdico, que aunque forma parte del espacio Schengen no es miembro de la Unión Europea, espera recibir más de 35.000 solicitudes de asilo este año, un número que no se ha dejado de revisar al alza desde agosto. Aún así, estas cifras son modestas si se comparan con las previsiones de otros países vecinos como Suecia, que estima recibir unas 190.000 peticiones en la que es la peor crisis migratoria registrada en el continente desde la Segunda Guerra Mundial.

No obstante los números no dejan de crecer, especialmente en la frontera ártica con Rusia desde la que 4.000 personas han entrado en el país en lo que va de año, a diferencia de las 10 del curso pasado.

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