MADRID 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
Noruega ha anunciado este martes que trabaja en una resolución ante la Asamblea General de Naciones Unidas para pedir a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que se pronuncie sobre los deberes de Israel "como potencia ocupante" con respecto a la población palestina tras la decisión de prohibir la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).
El primer ministro noruego, Jonas Gahr Store, ha asegurado en un comunicado que "la comunidad internacional no puede aceptar que la ONU, las organizaciones humanitarias internacionales y los Estados enfrenten obstáculos sistemáticos para poder trabajar en Palestina".
Por su parte, el ministro de Exteriores noruego, Espen Barth Eide, ha subrayado que la decisión aprobada recientemente por la Knesset sobre la UNRWA "viola las obligaciones de Israel bajo el Derecho Internacional". "También socava los trabajos para establecer un Estado palestino y una solución de dos estados", ha resaltado.
En concreto, la iniciativa "dificulta que los palestinos obtengan ayuda y servicios básicos", como atención sanitaria o educación. "Podría tener consecuencias dramáticas para millones de civiles y hará que todo Oriente Próximo sea aún más inestable", ha agregado.
El proyecto de ley aprobado por los diputados israelíes en el Parlamento impediría que la organización de la ONU opere en territorio israelí y los territorios palestinos al revocar un texto de 1967 que sirvió de base para sus actividades.
Israel acusó el pasado marzo a "un número significativo" de trabajadores de la UNRWA de "ser miembros de organizaciones terroristas", lo que llevó a 16 países a suspender o congelar los fondos, privando de golpe a este organismo de 450 millones de dólares y poniendo en duda la continuidad de sus operaciones.
Sin embargo, a mediados de abril, la investigación externa encabezada por la exministra de Exteriores francesa Catherine Colonna descartó que las autoridades israelíes proporcionaran pruebas que acreditasen los presuntos vínculos terroristas atribuidos a varios de los empleados de la UNRWA.