Repasamos los hitos previstos y los principales focos de interés en el mundo para los próximos doce meses
MADRID, 1 Ene. (EDIZIONES) -
Aunque no siempre es fácil predecir qué ocurrirá en la escena internacional, en el caso de Europa hay dos fechas en 2019 que marcarán un antes y un después en su futuro: la salida de Reino Unido de la UE en marzo y las elecciones europeas de mayo. Además, conflictos como el de Siria, Yemen o Afganistán, la desnuclearización de la península de Corea y las idas y venidas de Donald Trump en Estados Unidos serán también otros temas a seguir.
El 29 de marzo Reino Unido abandonará la UE, consumando así el Brexit, si bien aún está por ver en qué términos se produce la salida. El Tratado de Retirada pactado por la primera ministra, Theresa May, con sus socios europeos no es del agrado de buena parte de su partido y de la oposición, y aún debe superar el trámite de una votación en el Parlamento antes del 21 de enero.
En caso de rechazo, se plantea la posibilidad muy real de que el Gobierno de May caiga, bien por decisión propia o bien por una moción de censura por parte de la oposición. Además, se allanaría el camino para la opción más temida: un Brexit sin acuerdo. Sea como fuere, como resalta el CIDOB en su análisis de cara a 2019, "Reino Unido seguirá anclado de una u otra forma a la UE" por sus 40 años de convergencia y la sociedad británica "seguirá dividida".
Las elecciones al Parlamento Europeo de finales de mayo también podrían marcar un antes y un después para el futuro de las instituciones europeas. La clave estará en si los partidos tradicionales, aglutinados en torno a las dos grandes familias de los populares y los socialdemócratas, consiguen mantener el tipo o siguen cediendo terreno a otras fuerzas emergentes, principalmente populistas, como ha venido ocurriendo a nivel nacional.
Esta cita electoral permitirá constatar si los partidos populistas de derechas, con Reagrupación Nacional de Marine Le Pen y la Liga de Matteo Salvini como principales exponentes, "han conseguido cohesionarse y si su estrategia no pasa por detener la construcción europea sino más bien por apropiársela", subraya el CIDOB.
No obstante, como destaca el Instituto para Estudios de Política Internacional italiano (ISPI), la clave puede estar en los temas que dominen la campaña --que generalmente suele disputarse en clave nacional y no europea-- y aunque finalmente los partidos de extrema derecha y euroescépticos puedan terminar haciéndose con un buen número de escaños, la complicada dinámica de formación de grupos parlamentarios y la incapacidad demostrada hasta ahora por estos para colaborar entre sí podrían lastrar su actuación en la nueva Eurocámara.
Por otra parte, Ucrania celebrará elecciones presidenciales en marzo con el conflicto en la región oriental de Donbás sin resolver desde hace casi cinco años y con un riesgo real de que se encone aún más. Según escribe Michael Dempsey, antiguo director de Inteligencia Nacional estadounidense, para el Council on Foreign Relations (CFR), el presidente ruso, Vladimir Putin, podría sentir que "no tiene nada que perder" habida cuenta de las sanciones imperantes contra Rusia y su caída de popularidad en los últimos meses y enrocarse aún más, después del arresto el pasado noviembre de marinos ucranianos por parte de las fuerzas rusas en el mar de Azov.
¿HABRÁ 'IMPEACHMENT' DE TRUMP?
De otro lado del Atlántico, la impredecibilidad que acompaña a la Presidencia de Donald Trump en Estados Unidos no tiene visos de terminar. Es más, como subraya Atlantic Council en sus 10 riesgos a seguir en 2019, la crisis que atraviesa el país "podría empeorar" si Trump se ve sometido a un 'impeachment' (proceso de destitución) por la presunta colusión con Rusia en las elecciones de 2016 ahora que los demócratas controlarán la Cámara de Representantes. Además, el país arranca el año con un cierre parcial de la Administración y con Trump inmerso en un pulso con los demócratas para que estos le desbloqueen los fondos necesarios para financiar la construcción de su ansiado muro en la frontera con México.
El papel de Trump también será clave en otras partes del globo. Así, su decisión de retirar las tropas estadounidenses de Siria, que ha sorprendido a sus aliados y ha sido muy criticada, podría allanar el camino tanto a la reafirmación de Bashar al Assad al frente del país como a la creciente presencia de Irán en Siria --algo que teme especialmente Israel-- y facilitar la recomposición de los grupos yihadistas, con Estado Islámico a la cabeza, después de haber quedado muy debilitados en los últimos tiempos.
Entretanto, y a la espera de que finalmente Trump dé a conocer el plan de paz para Oriente Próximo en el que trabaja desde hace dos años su yerno Jared Kushner, Israel está llamado a las urnas en abril, mientras que Líbano arranca el año sin Gobierno y en Irak el nuevo Ejecutivo busca consolidarse y seguir adelante con la reconstrucción del país tras los estragos causados por Estado Islámico.
Yemen arranca 2019 con un destello de esperanza, después del acuerdo alcanzado en diciembre entre el Gobierno yemení y los rebeldes huthis para un alto el fuego en Hodeida, principal puerto de entrada de asistencia e importaciones y cuyo asalto por parte de las fuerzas gubernamentales podría desencadenar una grave hambruna en el país, sumido ya en la peor crisis humanitaria actual. Las partes han convenido volver a reunirse en las próximas semanas y habrá que esperar a ver si siguen los avances.
Por otro lado, cabe esperar que Arabia Saudí e Irán mantengan su pulso regional. No obstante, los dos países están tocados. En el caso saudí, el asesinato del periodista Yamal Jashogi ha puesto en el punto de mira al príncipe heredero, que ha quedado debilitado a ojos de la comunidad internacional y está tratando de recuperar el crédito perdido, mientras que en Irán la reinstauración de las sanciones por parte de Estados Unidos está pasando factura a la economía y, como advierte Dempsey, no son descartables nueva protestas antigubernamentales.
En cuanto a Afganistán, el año arranca también con esperanzas para la paz tras casi cuatro décadas de conflicto. Los talibán mantuvieron en diciembre un encuentro con representantes estadounidenses en Qatar y próximamente volverán a reunirse en Arabia Saudí y el Gobierno afgano ha expresado su voluntad de dialogar con los insurgentes, que por ahora lo han descartado. Está por ver el impacto que la retirada parcial de las tropas estadounidenses de Afganistán anunciada por Trump a finales de 2018 pueda tener en el terreno. Por otra parte, las elecciones presidenciales previstas para primavera han quedado aplazadas al 20 de julio.
PULSO EEUU-CHINA
En otro orden de cosas, los expertos coinciden en señalar la disputa comercial entre Estados Unidos y China como uno de los asuntos a seguir en 2019. Aunque los dos países se han dado una tregua para resolver sus diferencias, la creciente asertividad militar del gigante asiático en la región podría desencadenar "una confrontación militar inadvertida" con Estados Unidos, alerta Dempsey. "Los riesgos de conflicto directo siguen siendo escasos pero el mar de China Meridional sigue siendo un punto caliente preocupante", reconoce por su parte Robert Malley, director de International Crisis Group.
Para el CIDOB, pueden producirse tres escenarios: "el choque, una nueva prórroga o un giro sorpresa en forma de acuerdo bilateral tras el que ambos jugadores se reclamen vencedores". "De una u otra forma, en menor o mayor medida, el multilateralismo saldrá debilitado", lamenta el think-tank.
Otra de las grandes incógnitas de 2019 será Corea del Norte. Tras la histórica cumbre entre Trump y el líder norcoreano, Kim Jong Un, el pasado junio, las promesas de desnuclearización de Pyongyang no se han concretado, si bien el país ha seguido su proceso de reconciliación con la vecina Corea del Sur, con la que técnicamente está en guerra.
Está previsto que ambos vuelvan a reunirse en las próximas semanas (o meses), pero los expertos coinciden en advertir de que es muy probable que Trump se canse y vuelva a su retórica de "fuego y furia" hacia Kim, según Atlantic Council, o que el líder norcoreano "pase a la ofensiva de nuevo" tras constatar que las sanciones se mantienen, señala Dempsey en su artículo para CFR. El propio Kim ha dicho en su mensaje de Año Nuevo que buscará una "nuevá vía" si Estados Unidos no da los pasos adecuados y sigue aferrado a las sanciones.
Por otra parte, dos grandes países asiáticos celebran elecciones este año. En India, la mayor democracia del mundo, Narendra Modi espera revalidar la aplastante victoria del BJP en 2014 pero para ello tendrá que imponerse a Rahul Gandhi, hijo, nieto y biznieto de primeros ministros, al frente del partido del Congreso. Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, celebra en abril elecciones presidenciales en las que Joko Widodo aspira a lograr un segundo mandato y volverá a medirse al general retirado Prabowo Subianto.
ÁFRICA
El año comienza con esperanzas renovadas en Sudán del Sur, tras el acuerdo de paz suscrito por el Gobierno y los rebeldes en septiembre, pero tras el fracaso del anterior en el verano de 2016 pocos en el país ven la paz como garantizada pese a que como advierte el International Crisis Group el resultado podría ser "un gran baño de sangre de nuevo". Tampoco parece dejar atrás la violencia y la inestabilidad República Centroafricana, donde el número de desplazados ha alcanzado en 2017 cotas similares a las que hubo en el punto álgido del conflicto que comenzó en 2013.
Otros focos de creciente tensión en el continente, y que podrían deteriorarse en los próximos meses, son el conflicto en la cuenca del lago Chad, donde Boko Haram no ha sido derrotado y la facción de Estado Islámico en la región está cada vez más activa; el conflicto en las regiones anglófonas de Camerún; y la creciente inseguridad por la presencia de grupos islamistas y grupos de autodefensa de carácter étnico en Malí, y en menor medida en Burkina Faso.
Libia continúa sumida en el caos con un Gobierno reconocido internacionalmente en Trípoli y otro que opera en el este y que tiene en el general Jalifa Haftar como su principal valedor, sin que por el momento haya fecha para las esperadas elecciones presidenciales. Donde sí habrá elecciones es en Argelia, que en abril deberá decidir si otorga a Abdelaziz Buteflika su quinto mandato consecutivo pese a su deteriorado estado de salud.
Nigeria, el país más poblado y principal potencia económica de África, está llamado a las urnas en febrero para elegir presidente. Muhamadu Buhari, de 75 años y una salud frágil, buscará su reelección con el exvicepresidente Atiku Abubakar como principal rival.
También celebra elecciones Sudáfrica, donde el histórico Congreso Nacional Africano (ANC) busca revalidar su mandato en un año en el que se cumplirá el 25 aniversario de la llegada al poder de Nelson Mandela, su fundador. En 2019 se cumple igualmente un cuarto de siglo de uno de los episodios más oscuros de la historia africana: el genocidio de Ruanda.
AMÉRICA LATINA
Tras un año plagado de citas con las urnas, 2019 arranca en América Latina con la llegada del ultraderechista Jair Bolsonaro a la Presidencia en Brasil. En febrero celebra presidenciales El Salvador en las que el exalcalde de San Salvador Nayib Bukele parte como favorito, mientras que en junio Guatemala elegirá al sucesor del presidente, Jimmy Morales.
Ya en otoño, celebrarán elecciones Bolivia, Uruguay y Argentina. En el primer país, Evo Morales optará al que será su cuarto mandato, pese a que cuando ganó las últimas elecciones dijo que sería el último, mientras que en Uruguay el gobernante Frente Amplio buscará el cuarto mandato consecutivo tras los dos de Tabaré Vázquez y el de Pepe Mujica. Por su parte, Mauricio Macri aspirará a la reelección en el Casa Rosada en Argentina.
Por otra parte, Nicolás Maduro asumirá el 10 de enero su segundo mandato, tras unas elecciones no reconocidas por la oposición ni por buena parte de la comunidad internacional. El presidente venezolano se mantiene en su argumento de que hay una guerra económica contra su Gobierno y no parece que por ahora vaya a dar su brazo a torcer, pese al éxodo masivo de venezolanos que han abandonado el país en los dos últimos años y que la ONU prevé que podría alcanzar los 5 millones en 2019.
Para el director del ICG, Robert Malley, la intervención militar que algunos como el secretario general de la OEA, Luis Almagro, han llegado a plantear debería descartarse por completo y en lugar de ello debería optarse por presionar para una "transición pacífica" si bien, reconoce el experto, hay "pocos incentivos" para que Maduro acceda a ello. Ante el fracaso hasta ahora de las sanciones de Estados Unidos y los países europeos para forzar el cambio, las sanciones de los países de la región podrían ser la respuesta, agrega, advirtiendo de que de lo contrario, "el derrumbe de Venezuela sigue siendo posible".
Tampoco Daniel Ortega se encuentra en un momento dulce en Nicaragua. La presión sobre su Gobierno ha ido en aumento ante la dureza con la que se reprimieron las protestas que comenzaron en abril en contra de una reforma de la seguridad social y evolucionaron hacia la reivindicación de una verdadera democracia en el país. Más de 300 manifestantes han perdido la vida y la represión contra la oposición y los medios independientes no ha cesado e incluso se ha recrudecido en la recta final de 2018.
En Colombia, la llegada de Iván Duque a la Casa de Nariño ha estancado el histórico acuerdo de paz suscrito por su predecesor con las FARC, mientras que ha paralizado el proceso en ciernes con la otra gran guerrilla del país, el ELN. Entretanto, la violencia de manos de distintos gupos armados y delincuenciales no ha remitido, como tampoco lo ha hecho el número de desplazados, que supera los 7 millones tras 50 años de conflicto.