MADRID 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) ha alertado de que la área de exclusión entre la frontera de Polonia y Bielorrusia, a la que no pueden acceder los trabajadores humanitarios, es una "zona de la muerte" y de que la construcción de muros y vallas no hará retroceder a las miles de personas que buscan refugio.
El director del NRC en Polonia, Neil Brighton, ha señalado que esta zona de exclusión afecta principalmente "a los refugiados más débiles y vulnerables", entre ellos mujeres embarazadas que han sufrido alguno de los 9.000 incidentes violentos que se han registrado en la frontera desde que comenzó esta crisis en 2021.
"La UE y la comunidad internacional deben apoyar al Gobierno de Polonia aumentando la capacidad de acogida en la frontera y abordando las causas profundas del desplazamiento mediante la ayuda humanitaria y al desarrollo", ha reclamado.
Desde el inicio de esta crisis, el NRC ha registrado casi 20.000 solicitudes de asilo y ha documentado 82 muertes relacionadas con las condiciones en las que se encuentran en estas personas en la citada zona de exclusión, situada entre las vallas fronterizas que ha levantado Polonia y Bielorrusia.
"La zona de exclusión (...) es una receta para el desastre", dice Brighton. Se trata de un área con temperaturas extremas y densos bosques y pantanos a los que tienen que hacer frente miles de personas que vienen de superar largos viajes en penosas condiciones tras salir de países como Irak, Afganistán e incluso Eritrea.
"Creemos que no se debe dejar a nadie en condiciones que pongan en peligro su vida, independientemente de su origen, nacionalidad o religión", ha remarcado Katarzyna Potoniec, de la Asociación Egala, grupo local que colabora con el NRC, instando a generar una "frontera segura" en la que se respeten los derechos de aquellos que buscan ayuda internacional.
El NRC hace un llamamiento a las autoridades polacas a que faciliten las tareas de los trabajadores humanitario y se adhiera a la Convención de Ginebra y al Convenio Europeo de Derechos Humanos, al tiempo que pide financiación a la comunidad internacional y la UE para cubrir las necesidades de la frontera.
En los últimos meses la situación en la frontera ha experimentado un empeoramiento significativo, con enfrentamientos entre migrantes y agentes fronterizos que se saldaron con un militar muerto a principios de junio.
A pesar de esta última escalada, las autoridades polacas vienen denunciado desde 2021 un aumento importante de los migrantes por cruzar a su territorio como consecuencia de la permisividad, cuando no connivencia, del Gobierno bielorruso.
Al igual que han denunciado otros países de la región, Polonia ha hecho también suyas las quejas de que Bielorrusia estaría facilitando el trasiego de migrantes en la frontera en represalia, primero, por las sanciones de la UE por forzar el aterrizaje en Minsk de un avión de la irlandesa Ryanair para detener a un opositor en mayo de 2021 y después por su apoyo a la invasión rusa de Ucrania.