UNICEF denuncia que algunos menores han sido "objetivo deliberado" durante los enfrentamientos
MADRID, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
La reciente ola de violencia en Bangui, que ha dejado al menos 36 muertos, ha provocado que unas 27.400 personas hayan abandonado sus hogares en la capital de República Centroafricana (RCA), según ha denunciado este martes el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Uno de sus portavoces, Leo Dobbs, ha subrayado que pese al despliegue de los efectivos de la ONU en Bangui, "la situación sigue siendo muy tensa con tiroteos en el centro de la ciudad". Los enfrentamientos entre milicias rivales de los últimos días constituyen "un preocupante recuerdo de lo ocurrido a finales de 2013 y 2014, cuando miles de personas murieron y decenas de miles se vieron desplazadas forzosamente por el conflicto intercomunal", ha añadido.
En un comunicado, el portavoz de ACNUR ha llamado a la "calma", ante las informaciones de que podría haber una escalada en la situación, y ha reconocido que los enfrentamientos han empeorado la ya de por sí "difícil situación humanitaria", puesto que ACNUR y sus socios no pueden acceder a los desplazados internos y evaluar sus necesidades.
En este sentido, ha pedido a "todas las partes que urgentemente permitan a las organizaciones humanitarias acceso a las zonas donde se encuentran los nuevos desplazados". Del total de 27.400 contabilizados por ACNUR con ayuda de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), unas 10.000 están en Mpoko, cerca del aeropuerto de la capital, donde ya había unas 11.000 personas.
Por otra parte, el portavoz ha denunciado que las oficinas de varias organizaciones humanitarias han sido saquedadas y de hecho el martes por la noche, hombres armados entraron en la residencia de un trabajador de ACNUR, robando pertenencias y un vehículo de la agencia de la ONU.
SITUACIÓN IMPREDECIBLE EN RCA
"La violencia es un recordatorio de lo frágil e impredecible que es la situación de seguridad en RCA, con elementos armados todavía presentes en algunos barrios de Bangui y en control de varias localidades en el centro y el norte del país", ha resaltado Dobbs.
La nueva ola de violencia estalló este sábado tras el asesinato de un joven taxista musulmán. El conflicto entre los antiguos rebeldes de Séléka, principalmente musulmanes, y las milicias antibalaka nacidas para hacerles frente, predominantemente cristianas, había dejado antes de estos nuevos enfrentamientos 370.000 desplazados internos y 470.000 refugiados en los países vecinos.
Según Dobbs, el plan de respuesta presentado por ACNUR y 17 socios para ofrecer protección y asistencia a los refugiados centroafricanos solo ha recibido el 23 por ciento de los 331 millones de dólares solicitados.
Por su parte, el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) ha denunciado que menores han sido objeto deliberado en la última ola de violencia. En base a informaciones preliminares de organizaciones locales, tres chicos de entre 16 y 17 años fueron asesinados, uno de ellos decapitado, y al menos dos niños y dos niñas de entre 7 y 17 años resultaron heridos por disparos o estallidos de granadas.
"Nada puede justificar los ataques deliberados contra los niños", ha denunciado el director regional de UNICEF para África Occidental y Central, Manuel Fontaine. "Estos crímenes horribles contra niños y niñas caídos bajo el fuego de facciones rivales deben cesar y los que los han cometido deben ser considerados responsables", ha añadido en un comunicado.
Así las cosas, UNICEF ha pedido "a todas las partes en conflicto respetar sus obligaciones respecto a las leyes internacionales y dejar de tomar como objetivo las escuelas o las instalaciones sanitarias".
Según los datos de la ONU, al menos un niño fue mutilado o asesinado cada día en 2014 y hasta 10.000 menores han sido reclutados por los grupos armados. Durante el primer semestre de este año, al menos 26 menores han sido asesinados y 110 mutilados en enfrentamientos.