EL CAIRO 29 Sep. (Reuters/EP) -
El nuevo gobernador del Banco Central de Yemen, Monasser Al Quaiti, ha declarado este jueves que ha heredado un banco sin dinero, un ciclo monetario disfuncional y una base de datos que no funciona, aunque ha asegurado a todos sus empleados que continuará pagando sus sueldos.
Al Quaiti ha afirmado en una entrevista con el diario saudí 'Asharq al Awsat' que su designación se ha producido para prevenir que la unidad monetaria de Yemen, el rial iraní, se colapse por completo debido a la falta de liquidez que está sufriendo la economía del país. Al Quaiti ha prometido que hará todo lo posible por mantener la independencia del Banco Central.
"Tenemos que darle la vuelta a la situación. He heredado un banco sin dinero, un ciclo monetario incapaz de circular y una base de datos inexistente", ha declarado Al Quaiti. "Resolveremos el problema del impago de salarios, a pesar de que los rebeldes huthis mantienen el control de la base de datos", ha añadido.
El presidente yemení, Abd Rabbu Mansur Hadi, designó a Al Quaiti el 18 de septiembre y ordenó el traslado de la oficina central del banco. El Banco Central dejará de estar en capital, Saná, debido a que se encuentra bajo el control de los rebeldes huthis, y se trasladará a la ciudad de Adén, en el sur, donde se encuentra el Gobierno.
Hadi cuenta con el apoyo de una coalición militar liderada por Arabia Saudí, que ha estado luchando contra los rebeldes huthis y los militares leales al expresidente Alí Abdulá Salé.
El Gobierno ha acusado a los rebeldes yemeníes de robar más de 4.000 millones dólares del Banco Central y gastarlos en armamento pero los huthis han alegado que el dinero se destinó a alimentos y medicinas.
El Banco Central ha estado manteniendo la economía del país a flote después de casi dos años de guerra civil, un conflicto que ha destruido el sistema financiero de Yemen.
Más de 10.000 personas han perdido la vida a causa de los combates, según datos de Naciones Unidas. Unas 200.000 personas se han convertido en desplazados internos por el conflicto y, de los 26 millones de habitantes que tenía el país antes de que estallase la violencia, unos 14 millones necesitan ayuda humanitaria urgente.