RANGÚN, 24 Nov. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Birmania ha informado este martes de que planea reforzar los controles de seguridad en las minas de jade, actualmente muy mal reguladas, tras el deslizamiento de tierras ocurrido cerca de una de ellas en el estado de Kachin (norte), en la se espera que el número de muertos alcance los 200.
La Liga Nacional para la Democracia (LND) de Aung San Suu Kyi ganó las elecciones el 8 de noviembre, pero su Gobierno podría encontrarse con problemas con las grandes compañías dueñas de las minas de jade de Birmania si decidiera controlar sus negocios.
Estas coompañías están relacionadas con los líderes del Gobierno militar anterior, ejércitos étnicos y gente con conexiones con la antigua junta.
"Revisaremos las regulaciones existentes y si es necesario, pediremos a las compañías que tengan vertederos seguros y adecuados cuando pidan las licencias", ha asegurado el miembro y portavoz de la LND, Nyan Win.
La LND dominará el Parlamento cuando ocupe sus escaños en febrero, aunque un cuarto de éstos seguirán ocupados por militares no electos. "Si las regulaciones existentes tienen esta previsión, tendremos que obligar a cumplirlas", ha añadido Win.
Se estima que el valor de la producción de jade en Birmania alcanzó los 31.000 millones de dólares (29.000 millones de euros) en 2014, de acuerdo con los investigadores del grupo de defensa medioambiental Global Witness.
Las fuerzas de rescate están todavía buscando a 100 desaparecidos. Por el momento, se han recuperado los cuerpos de 113 personas.
El desprendimiento, que tuvo lugar la madrugada del sábado en la mina de jade de Hpakant, en una zona montañosa remota en el norte de Birmania, fue causado por el hundimiento del basurero de desechos excavado en la mina, que se deslizó sobre el campamento improvisado asentado en sus pies enterrando a los mineros que estaban durmiendo.
Los trabajadores, en su mayoría inmigrantes de otras partes del país, trabajan en las minas o en el vertedero recogiendo piezas de jade que se hayan dejado atrás.
El portavoz de la oficina del presidente, Ye Htut, ha afirmado que las medidas de seguridad impuestas en el lugar por el Gobierno tras otros desprendimientos previos, no se pusieron en marcha y que el Gobierno Nacional tendría que tomar un papel más activo.
"El Gobierno federal necesita intervenir para imponer restricciones más estrictas", ha asegurado.