PESHAWAR (PAKISTÁN), 11 (Reuters/EP)
El nuevo líder de los talibán, el mulá Mansur, está buscando adeptos dentro del propio movimiento islamista entre los que aún no le han jurado lealtad públicamente con el fin de eliminar amenazas a su nueva posición.
Una disputa por el liderazgo dentro del movimiento islamista podría empeorar la violencia en Afganistán, por el desencadenamiento de un conflicto entre los talibán y a su vez por el fin de las incipientes negociaciones de paz entre el Gobierno afgano y el movimiento insurgente. Esto podría también hacer más fácil la expansión de la influencia del autodenominado Estado Islámico en la zona.
En julio, Mansur fue nombrado apresuradamente líder de los talibán, la insurgencia islamista que lucha por derrocar al Gobierno afgano, después de que la agencia de Inteligencia afgana filtrase la muerte del mulá Omar, el fundador del movimiento.
Mansur era la mano derecha de Omar. Muchos líderes del movimiento se indignaron cuando supieron que Mansur había ocultado la noticia sobre la muerte de Omar durante más de dos años y boicotearon la celebración de su nombramiento como nuevo líder.
Mansur afirmó que el engaño servía para garantizar la unidad de los talibán en medio de la retirada de las tropas de la OTAN en 2014. A pesar de sus esfuerzos, cuando los rumores de la muerte de Omar se hicieron mayores, al menos tres facciones insurgentes afganas juraron lealtad al Estado Islámico.
En las últimas semanas, Mansur ha enviado al mulá Jalil, una lista de buenos contactos con los líderes políticos talibán, para convencer a los líderes del movimiento de que le den su apoyo públicamente en lugar de que se unan a una facción rival alrededor de los hermanos e hijos de Omar, según han informado miembros talibán a Reuters.