MADRID, 30 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Irak, Barham Salí, ha firmado este jueves un decreto para convocar la primera sesión del nuevo Parlamento durante la jornada del 9 de enero, después de que el Tribunal Supremo ratificara recientemente los resultados de las elecciones legislativas de octubre.
Salí ha señalado a través de su cuenta en la red social Twitter que espera que el Parlamento "satisfaga la demanda nacional de formar un Gobierno capaz y efectivo que proteja los intereses del país y aumente la soberanía".
Así, el mandatario ha hecho hincapié en la necesidad de que el próximo Ejecutivo "proteja y sirva a los iraquíes", antes de agregar que ello "requiere solidaridad para lograr la reforma necesaria para un Irak estable y próspero".
El Supremo rechazó el lunes las apelaciones presentadas por varios partidos integrados en una coalición proiraní del país y ratificó los resultados de las parlamentarias, en las que se impuso la formación liderada por el clérigo chií Muqtada al Sadr.
Al Sadr se reunió durante la jornada del miércoles con una delegación integrada por partidos proiraníes que estuvo encabezada por el líder de la coalición Al Fatá, Hadi al Amiri, para acercar posturas después de la decisión del Supremo, tal y como ha recogido la agencia iraquí de noticias NINA.
Diversos partidos proiraníes afirmaron tras el anuncio oficial de los resultados que no aceptarían los datos publicados por la comisión electoral y apuntaron a irregularidades, tras lo que se sucedieron numerosas manifestaciones. Estas formaciones sufrieron un duro varapalo en las urnas que redujo su número de escaños de cerca de 50 a alrededor de 15.
Las parlamentarias, de carácter anticipado, fueron convocadas tras la grave crisis política en la que se vio sumido el país tras las masivas movilizaciones registradas en 2019, que forzaron la dimisión del Gobierno y la aprobación de una nueva legislación electoral.
Las protestas, que estallaron en octubre de 2019 y se saldaron con más de 550 muertos --según el balance oficial facilitado en julio de 2020--, supusieron una nueva muestra del desencanto de la población con la clase política ante los numerosos casos de corrupción, el mal estado de los servicios públicos y la crisis económica imperante en Irak.